El aire acondicionado es una bendición cuando aprieta el calor, pero también se puede volver peligroso si abusamos de las bajas temperaturas, especialmente para las personas con problemas respiratorios previos. José Manuel Vaquero Barrios, neumólogo del hospital Reina Sofía, señala que la refrigeración "reseca mucho las vías respiratorias y puede provocar bronquitis, faringitis y sinusitis". En la misma línea se ha pronunciado recientemente la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.

El doctor Vaquero Barrios advierte que los efectos del aire no son peligrosos en pacientes sanos, "pero en personas con una enfermedad obstructiva crónica o asma, una bronquitis puede suponer un agravamiento de su dolencia que incluso les lleve a ser hospitalizados". Para evitar daños, el neumólogo recomienda no exponerse directamente a las salidas de aire y evitar las temperaturas extremas, por lo que aconseja que el aparato de aire se mantenga en los 24 grados, "porque bajar hasta los 18 o 20 grados puede ser perjudicial".

Otra importante recomendación es que un servicio técnico revise periódicamente los conductos de aire acondicionado y cambie los filtros, "porque en ellos se acumulan ácaros y otros gérmenes que se difunden por la atmósfera y pueden causar asma a personas alérgicas". También recuerda el peligro de la legionela, que provoca graves casos de neumonía, "aunque esa bacteria no suele aparecer en los aparatos de aire doméstico, sino en las torres de refrigeración de grandes edificios".

En el caso de personas que trabajan en lugares donde el aire acondicionado está a muy bajas temperaturas, lo que suele ocurrir en muchos edificios públicos y centros de trabajo, la exposición al frío durante muchas horas puede provocar, incluso en personas sanas, toses y molestias en las vías respiratorias, así como picores en nariz y ojos. Además de los consejos generales, el doctor Vaquero Barrios sugiere la utilización de sprays de agua marina para la nariz o de humidificadores.

EL PELIGRO ESTA EN EL EXCESO Sin embargo, en condiciones normales y siempre que la temperatura no sea muy baja, "no hay peligro en el aire acondicionado y no hay por qué apagarlo, incluso en viviendas donde hay personas con problemas respiratorios". Además, señala que tampoco hay riesgo para los niños, salvo en casos especiales.

Una temperatura excesivamente baja puede provocar también problemas musculares y de huesos, especialmente en personas sensibles, según otros expertos. En este caso, los consejos serían los mismos: no exponerse directamente a las salidas de aire y evitar en los posible que el termostato baje de los 24 grados. Si esto no es posible, es conveniente usar alguna prenda de abrigo que cubra las espalda y los hombros para alejar el riesgo de una contractura muscular o un agravamiento de dolencias óseas.