Una vieja tradición pagana asegura que en la víspera de Todos los Santos, el fino velo que separa nuestro mundo y el de los muertos se estrecha tanto que, por unas horas, las ánimas de los difuntos pueden de nuevo caminar entre los vivos. Este es el origen de la cada vez más popular festividad de Halloween, pues los antiguos creían que si se ocultaban bajo horribles máscaras, ahuyentarían a los espíritus malvados que regresaban del inframundo. Y qué mejor momento, ahora que se aproxima esta noche tan especial, para dar comienzo a una aventura tan inquietante como la que le propongo a continuación: la aventura del misterio. [Aquí puede leer la serie la Córdoba misteriosa]

Un callejón de aspecto misterioso en Toledo.

El diccionario define ‘aventura’ como un suceso extraño o poco frecuente que vive una persona, especialmente cuando es emocionante. Y de eso precisamente, de sucesos extraños y emociones fuertes, va la serie de artículos que arranca con el que usted está leyendo. Porque en las próximas semanas vamos a viajar juntos, a través de las páginas de Diario CÓRDOBA, por toda la geografía nacional, deteniéndonos en aquellos lugares que por distintos motivos parecen actuar como un imán para atraer la fenomenología más desconcertante.

Enclaves marcados por el Misterio como la humilde casa de María Gómez Cámara, en Bélmez de la Moraleda, donde a principios de los setenta comenzaron a surgir tenebrosos rostros en el suelo de la cocina; el Cortijo Jurado de Málaga, un viejo caserón neogótico donde cuenta la leyenda que una poderosa familia burguesa habría llevado a cabo terribles sacrificios rituales; la antigua Diputación de Granada, donde el alma errante del padre Benito ha helado la sangre a más de un funcionario; el Palacio de Linares de Madrid, donde según la tradición aún resuenan los lamentos de los marqueses y su hija Raimundita; el Teatro Romano de Cartagena, en cuyo entorno varios testigos han reportado la aparición de seres enlutados y damas blancas; el Palacio Fabio Nelli de Valladolid, donde se conserva el inquietante sillón del Diablo; el Museo de Historia de Tenerife, donde los fenómenos inexplicables se asocian al desconsolado espíritu de Catalina Lercaro; y muchos más lugares regados por una lluvia de situaciones inexplicables que generan temor y respeto tanto a sus vecinos como a los turistas que se aventuran a visitarlos.

Para relatar estas emocionantes historias he seleccionado a algunos de los mejores expertos en periodismo de misterio del país. Los mismos que cada semana me ayudan a divulgar, con pasión y rigor, la cara más enigmática y desconocida de las principales ciudades de España, a través de los recorridos de Rutas Misteriosas. Un equipo del que usted, cuando los conozca, se sentirá casi tan orgulloso como yo.