José Antonio Torrico Herruzo ya está en casa. Tras pasar los últimos cinco meses en Afganistán, este joven soldado profesional, de 21 años, ha regresado a Pozoblanco después de vivir experiencias que le han marcado para siempre.

--¿Cuál ha sido su destino en Afganistán?

--Pasé mes y medio en la base militar española de Qala i Naw, que es la base de operaciones de nuestro protectorado. Estábamos allí un millar de militares. Después nos enviaron a Ludina, que es un destino mucho más peligroso; es una base más pequeña donde solo estaba nuestra compañía, unas cien personas, incluidos médicos, mecánicos y transmisiones. Pocos días antes de llegar a Ludina un soldado español resultó herido por un ataque de los insurgentes.

--¿Qué labores tenía asignadas?

--En el primer destino nos encargábamos de la seguridad del aeropuerto, cuya pista está entre dos núcleos de población, por lo que se debía cerrar al tráfico para que aterrizase algún avión o algún helicóptero de la OTAN. También había labores de patrulla o de acompañar convoyes para llevar suministros. Después, en Ludina vivimos momentos mucho más complicados. Los talibanes dejaban artefactos caseros en las carreteras o lanzaban ataques, disparando a nuestra base.

--¿Se aprende a vivir en estas situaciones extremas?

--Hemos sabido qué hacer en cada situación. No se me olvidará la fecha del 5 de abril del 2012. Era Jueves Santo y sufrimos un gran ataque en nuestra base. En otra ocasión, dando seguridad a las labores de asfaltado de una carretera nos dispararon los insurgentes. Nos veíamos muchas veces comprometidos. Teníamos que estar con el chaleco antibalas, con los cargadores y con el fusil en todo momento.

--¿Cómo le ha marcado esta experiencia?

--Me fui contento y más contento he venido. Ha habido momentos difíciles, pero también otros muy buenos de compañerismo y amistad. Los niños se acercaban a nosotros y les dábamos algo de comida o una camiseta y estaban superagradecidos. Mi manera de ser no ha cambiado, pero sí otros aspectos, como mi concepción de la relativa importancia de los bienes materiales. Te impresiona ver cómo vive la gente en ese lugar del planeta.

--¿Como lo han vivido sus amigos de Pozoblanco y la familia?

--Mi gente de la chirigota de carnaval me dedicó un pasodoble y se acordaron de mí el Jueves Santo en los Salesianos y el día de la procesión de María Auxiliadora. Mis padres estaban muy pendientes de las noticias que llegaban. Ahora he vuelto a Pozoblanco a disfrutar de las vacaciones y a contar lo que he vivido a mis amigos, que no dejan de preguntarme.