Afirmaba esta campaña José Antonio Griñán, dirigiéndose a los socialistas y ugetistas onubenses, que "el Ejecutivo central pretende arruinar nuestro modelo de convivencia, con bajos salarios y condiciones de trabajo cada vez más degradadas" en referencia a la reforma laboral recientemente aprobada.

Huía Griñán de situarse en el ruedo político andaluz, que no es otro que aquél en el que ha venido dando capotazos en los últimos años y en el que aspira a renovar unos contratos que, aparte de los que han colgado de los bolsillos de algunos de sus colaboradores más cercanos, en forma de ERE's, poco mérito parece haber hecho para ganarse.

Porque debe ser muy duro para quien a diario, en plena campaña electoral, debe subirse a una tribuna y dirigirle la palabra a cientos de parados, que esperan de las políticas del PSOE propuestas para generar empleo, el hacer un ejercicio de autocrítica, cuando Andalucía se está moviendo en niveles de desempleo en torno al treinta por ciento, siete puntos más que la media española, que hablan muy a las claras del fracaso socialista en nuestra Comunidad.

Por ello que le resulte más fácil, mucho más cómodo y, por supuesto, más electoralista, abstraerse de la realidad andaluza, de la que tan culpable es, para orientar sus críticas --no sus propuestas-- hacia el Gobierno de la nación, al que no le ha correspondido sino tomar las medidas que los propios socialistas no tuvieron la valentía de afrontar, a la búsqueda de una recuperación económica y laboral que desde el PSOE tanto se nos anunció a lo largo de los últimos tres años y que en lugar de avanzar en esa dirección lo ha venido haciendo en la contraria, destruyendo nuestro sistema social --tres millones de parados más en nuestro país-- y poniendo, entonces sí, en grave riesgo, nuestro modelo de convivencia.

No somos ciegos, por mucha venda que se nos pretenda poner, a una realidad familiar y a una decadencia política que se hace necesario cambiar, por mucho que quiera huirse de ello, y desde el Partido Popular se nos ofrece la oportunidad de ese cambio.