--Primero compuso el himno del Sevilla. Ahora regala una canción a Canal Fiesta Radio: ´Quiero vivir en tu fiesta´. Igual mañana le encargan escribir la letra del himno nacional.

--Ya me la encargaron, pero me resultó muy complicado. Como ya está la música, es muy difícil encajar una letra que pueda yo ponerle mi emoción. Para eso soy muy torpe.

--Igual le encargan ahora también la música.

--Pero yo creo que sería demasiado para este hombre.

--Su último disco se titula ´Lo que el viento me dejó´. Suena como una metáfora de la crisis.

--Sí. Porque lo peor de la crisis no es la crisis en sí, es lo que deja luego. Pero yo estoy ahí buscando todo lo contrario. Es quedarnos con las cosas que tenemos y no añorar tanto lo que se nos ha ido. Vivir un poquito más positivo.

--´Durmiendo en tu ombligo´. ¿Siempre le gusta aguardar cerca del peligro?

--(Ríe). La verdad es que es el sitio donde se está más cómodo, pero también es el sitio más peligroso. La verdad es que me gusta el morbo del peligro.

-- ´Búscate un hombre que te quiera, que te tenga llenita la nevera. Se ve que ella lo tenía claro.

--Clarísimo. El que no lo tenía claro era yo. A mí me tenía loco en ese momento, pero ella lo tenía clarísimo.

--¿Sabe cómo nos ha perjudicado a los hombres esa letra?

--Bueno, es una letra que habla de una situación particular, no es una situación general. La verdad es que sí, que lo siento. A todo el que le haya perjudicado, lo siento.

--Esta frase es suya: "Yo quiero ser libre como el escote de la panadera". Explíquese que le entendamos.

--(Ríe). Es una metáfora. Una vez comprando el pan vi a una panadera que tenía un escote con mucha libertad. Cuanto más grande es la libertad, más bonitos se ven los escotes. Cuanto más libres seamos, más bonito será todo.

--Tiene pánico al avión. ¿No tendrá eso que ver nada con el 11-S?

--No. Es un poquito anterior. Tampoco mucho. Las Torres Gemelas fue ya el estacazo final.

--"¡¡¡Soy más sevillista que el escudo!!!" ¿Le apuntaba José María del Nido con un arma cuando lo dijo?

--(Ríe). Fue un momento efusivo. Como aquello de raparme si ganábamos la UEFA. Fue un momento de calentón. Más sevillista que el escudo no puedo ser, pero ando cerca.

--El nombre de El Arrebato se lo puso su abuela. ¿Ha logrado perdonarla con los años?

--(Ríe). La verdad es que sí, hombre. Al revés. Me lo puso con mucho cariño mi abuela y ahora desde el cielo estará diciendo ella: "Lo ves como yo llevaba razón".

--María Teresa Campos le dijo que usted no era un cantante, sino un fenómeno. ¿Se lo dijo con segundas?

--Pues no lo sé. Imagino que sí. Alguna cosa le pasaría por la cabeza. Pero no sé qué, porque yo tampoco me veo un fenómeno. Me veo un cantante, y ya está.

--Para escribir se inspira en el día a día, en sus vivencias. ¿No se habrá dormido en su propio ombligo?

--No, no, nunca. A mí me gustan las fiestas y las siestas en el ombligo siempre de una chica.