COFRADÍAS

El coste de la flor, con subidas del 100%, condicionará los exornos

El transporte, la inflación y los precios agrarios han disparado los precios

El incremento medio se estima en el 50% desde 2020, un 20% en el último año

La Esperanza (2023), luciendo su tradicionalmente espectacular exorno.

La Esperanza (2023), luciendo su tradicionalmente espectacular exorno. / ÓSCAR BARRIONUEVO

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Las hermandades no son ajenas a las sucesivas crisis post-pandemia: la falta de determinados suministros, la inflación, el aumento de costes de determinadas materias primas (especialmente las energéticas) y, en el caso de la flor ornamental, la subida que afecta a todos los cultivos en general. Así, «la flor no está cara, está carísima», sentencia desde la floristería ZOA María Jesús Morales. «No sé por qué, pero se nos olvida que la flor es también un producto agrícola, y que ha subido el transporte, los abonos, trabajar en invernaderos...» recuerda la florista.

Rafael Barón, en su floristería Los Patios.

Rafael Barón, en su floristería Los Patios. / juan m. niza

Aunque ZOA no sea una firma que trabaje directamente la flor para las cofradías, en donde las hermandades se dejan una importante cantidad de su presupuesto tanto en Semana Santa como a lo largo del año, la florista coincide plenamente con estimaciones como las que ha venido realizando la Federación Andaluza de Florista y Plantas, que ya detectó el año pasado una subida del 30% del coste medio respecto al 2020, con un nuevo incremento en torno al 20% en los últimos meses. Así lo constató ya en el entorno de otras fechas de fuerte demanda en el sector, como el Día de Todos los Santos y San Valentín.

Una subida entre el 20 y el 25%

Volviendo específicamente a la Semana Santa y a Córdoba, los cálculos de la floristería Los Patios, a cargo de Rafael Barón, también se mueven en esa horquilla de subida media del producto e incluso un poco más alta, entre el 20 y el 25% respecto al año pasado, reconociendo que en algún tipo de flor se han duplicado los precios «desde hace relativamente poco». Curiosamente, son algunos materiales accesorios que nada tienen que ver con el cultivo los que más se han encarecido proporcionalmente: esponjas, plásticos especializados, etcétera.

Barón, que sí atiende directamente a cofradías y que trabajará este año colocando la flor en pasos de ocho hermandades (entre ellas la Merced, la Entrada Triunfal, el Huerto, el Nazareno, el Caído y La Borriquita de Fernán Núñez) advierte que en esta Semana Santa «va a ser complicado el tema de la flor», y que proveedores y vendedores «no podemos repercutir más esa subida en nuestros márgenes, o estaremos trabajando a pérdidas».

La flor importada, por las nubes

A factores ya indicados anteriormente que explican la subida registrada hasta ahora, como la inflación o el coste del transporte, Barón recuerda que para Semana Santa la demanda se dispara en cuestión de flor de importación, especialmente desde Sudamérica y Holanda. Además, los invernaderos en España están sufriendo «días de calor en invierno que han adelantado algunas flores, ahora se esperan lluvias que retrasarán a otras...». En resumen, todo ello afectará forzosamente a las cuentas de las cofradías «que no están para derrochar», y que obligará en el capítulo de la flor a «adaptarse mucho a los presupuestos».

Al respecto, siempre quedan las flores clásicas (algunas de ellas están entre las que menos están acusando el incremento de precio) y hay que recordar la apuesta que suelen hacer las cofradías por un tipo de flor ya consolidada y que encaja con su estilo. Eso sí, aunque siempre exista un margen mayor o menor, dependiendo de la hermandad, para la inspiración y la innovación de quien se encarga del exorno. Por ejemplo, Barón, aunque muy celoso a la hora de dar detalles para no desvelar ‘sorpresas’, adelanta que en los pasos de la Entrada Triunfal, tradicionalmente marcados por flores silvestres que evocan al campo, está pensando en algún elemento rosa «muy chulo» para las esquinas. Una muestra de que la creatividad no se pierde ni tan siquiera cuando las circunstancias aprietan los bolsillos.

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