Primer sábado de Cuaresma

Las cofradías de Córdoba celebran el Vía Crucis en la Catedral

La imagen de Nuestro Padre Jesús del Buen Suceso preside en la Catedral el Vía Crucis penitencial de las cofradías cordobesas

Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías de Córdoba

A.J.González

Un año más ha llegado el primer sábado de Cuaresma. Un esperado día donde las cofradías de la ciudad, año tras año, se reúnen en la Catedral para rezar el Vía Crucis, las quince estaciones de la vía sacra que recuerdan la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. 

Este año la mirada estaba puesta en la parroquia de San Andrés, sede canónica de la hermandad del Buen Suceso, cuyo titular, Nuestro Padre Jesús del Buen Suceso, ha presidido el rezo penitencial en la Catedral cordobesa.

Pocas horas antes de este momento la imagen del Señor del Buen Suceso fue trasladada desde su templo hasta la Catedral en una jornada donde finalmente el cielo se abrió, dejando una apacible tarde para ver en la calle a la imagen del Nazareno del Martes Santo

Puntualmente, la dorada cruz de guía de la hermandad se puso en la calle y, tras esta, un nutrido cortejo de hermanos avanzaba en dirección a la calle Fernán Pérez de Oliva. Mientras, en la puerta de la parroquia de San Andrés se escuchaban las voces del coro Auxilium Christianorum, que acompañaba al cortejo introduciendo al espectador en esta tarde de Cuaresma donde el Señor del Buen Suceso estaría en la Catedral junto a las cofradías tanto de penitencia como de gloria.

Poco a poco, Raúl Casares, el capataz de la cofradía, daba las órdenes para ir centrando la parihuela en el cancel de la iglesia de San Andrés, una gran parihuela dorada cedida por la hermandad de Jesús Cautivo de la localidad cordobesa de Espejo. Sobre ella, exornada con un elegante friso de flores rojas donde sobresalían rosas y tulipanes, emergía la inconfundible silueta del Señor del Buen Suceso que, poco después de salir, se recortaba entre las espesas y luminosas nubes del cielo de Córdoba.

Con un natural paso y a muy buen ritmo, comenzaba a caminar el Señor por las calles del barrio. Así cruzó Fernán Pérez de Oliva, Gutiérrez de los Ríos, la Almagra y San Pedro buscando la Catedral, donde llegó a las siete y media de la tarde. Allí esperaban las hermandades con sus respectivos estandartes para rezar junto a la bendita imagen el vía crucis.

Con el paso del Señor situado en la Puerta de las Palmas el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, elevó la oración inicial y a continuación dio comienzo la lectura de la primera estación en la voz del cofrade Fermín Pérez

A los sones del coro Auxilium Christianorum, el paso del Señor fue caminando por el interior del primer templo de la diócesis así hasta recorrer las quince estaciones del vía crucis marcadas por representantes de las hermandades.