La Virgen de la Paz y Esperanza ya se encuentra en la Catedral, donde el próximo 15 de octubre será coronada canónicamente por el obispo de la diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández. Con esa ilusión que despiertan los preparativos, la imagen de la Virgen de la Paz, con la blancura que la caracteriza, cruzó en la tarde de este sábado las calles de la ciudad rumbo al primer templo de la diócesis.
Puntualmente la cruz de guía cruzaba la plaza de Capuchinos, un espacio abarrotado de público que esperaba para contemplar a la Paloma de Capuchinos en su salida, a punto de cruzar el dintel de la cochera anexa al convento para hacer historia.
Con el paso ya en la calle y con un prólogo de cohetes, la sevillana banda del Arahal interpretaba la marcha ‘El cielo de Capuchinos’ con el que la hermandad ha querido rendir homenaje al que fuera director espiritual y artístico de la cofradía, fray Ricardo de Córdoba, así como a todos los difuntos de la hermandad.
Para esta histórica ocasión la dolorosa se presentó a la Córdoba cofrade en su paso de palio exhornado con distintas variedades florales -entre las que predominaban las rosas blancas-, con su saya y manto de salida y tocada con la diadema de la coronación donada por dos familias y ejecutada por el orfebre cordobés Jesús de Julián.
Con esta prestancia la dolorosa capuchina iniciaba un concurrido camino por las calles del entorno de Capuchinos siempre rodeada de la denominada ‘bulla cofrade’, que no quería perderse ni un minuto de esta histórica procesión. Pasadas las diez de la noche y tras cruzar calles emblemáticas como Conde de Torres Cabrera, plaza del Cardenal Toledo o la calle de la Feria -tras una extraordinaria aglomeración de gente en Capitulares-, la Virgen de la Paz hizo su entrada en la Catedral rodeada de una ingente muchedumbre que abarrotó cada metro de asfaltó por donde pasó.
A lo lardo de este domingo, la Virgen de la Paz protagonizará un besamanos en la capilla de la Inmaculada Concepción de la Catedral en horario de 8.30 a 19.00 horas con acceso por la puerta de San Miguel.
El martes dará comienzo el triduo preparatorio de la coronación, unos días especiales que prologarán el momento en el que el obispo de la diócesis deposite sobre las sienes de la Virgen de la Paz una corona de amor y devoción hacia la bendita imagen. Será entonces cuando volveremos a ver a la Virgen en la calle, ya como Virgen de la Paz y Esperanza coronada.
