Como cada último domingo de septiembre, la Virgen del Socorro coronada recorrió en procesión las calles del barrio de San Pedro y San Francisco. La popular imagen se reencontró con sus fieles y devotos que desde su salida la acompañaron durante todo el recorrido. Así, puntualmente la cruz de guía de la centenaria hermandad del Socorro se puso en la calle. Sin duda, era un día de júbilo en el barrio, como anunciaba el campanillo de la ermita.

A los sones de Coronación del Socorro y entre el aplauso del público la Virgen del Socorro comenzó su caminar. El sol de la tarde se reflejaba en el dorado del característico templete que cobija a la Reina de la Plaza. El paso en esta ocasión estaba exornado con distintas variedades florales de color rosa en los laterales, mientras que en las esquinas lucieron los habituales nardos dejando ese suave olor que siempre nos recuerda a una tarde de septiembre junto a la Virgen del Socorro.

Numeroso público se echó a la calle para contemplar a esta devoción tan vinculada a la ciudad de Córdoba, un público que la acompañó por todos y cada uno de los bellos rincones de la ciudad por donde pasó la Virgen, como la estrechura de la calle Juan de Mesa, la plaza de San Pedro o la del Potro.

Ya de vuelta, en la Espartería, fue recibida entre vivas a la Virgen del Socorro, pétalos de flores y cohetes que anunciaban que la Virgen estaba muy cerca de su plaza de la Corredera, que no pudo cruzar porque los veladores le impedían el paso, como venía haciéndolo tradicionalmente, y tuvo que bordearla. Una plaza a la que la Patrona del Mercado Central entró entre pétalos de flores y alegres marchas interpretadas por la banda de música de la Estrella, que acompañó a la imagen en su recorrido.

Poco después se puso fin a la gloriosa procesión de la Virgen del Socorro, poniendo de manifiesto que aunque su hermandad no esté en el mejor momento, su devoción en el pueblo de Córdoba sigue viva y el último domingo de septiembre siempre será el domingo de la Virgen del Socorro.