La hermandad del Rocío de Córdoba trasladó ayer su simpecado desde el convento de Santa Marta hasta su sede canónica en la iglesia de San Pablo. Se trata del primer acto público de una hermandad de la ciudad desde el inicio de la pandemia. Un cortejo que discurrió con normalidad por las calles de la ciudad, completando un corto trayecto que va desde el convento de Santa Marta a la iglesia de San Pablo, y donde los hermanos de la corporación rociera cumplieron con todas las medidas sanitarias vigentes.

Una vez en su templo dio comienzo la misa de acción de gracias con la que la hermandad pone el punto final a todos los actos que ha celebrado en este especial Rocío marcado por la pandemia del coronavirus.

Cabe recordar que el Simpecado de la hermandad del Rocío de Córdoba llega a su sede canónica tras presidir el pasado fin de semana la vigilia y la misa de Pentecostés, esta última celebrada el domingo en el interior de la Catedral cordobesa por el obispo de la diócesis Demetrio Fernández.

Fue, precisamente, tras la misa del domingo cuando las damas camaristas de la hermandad se encargaron de guardar al Simpecado en su cajón para que fuese trasladado de forma privada al convento de Santa Marta, donde ha permanecido durante toda la semana.