La agricultura es uno de los sectores que más tiene que decir en la lucha contra el cambio climático, según los expertos, de ahí que la nueva Política Agrícola Común (PAC) que fue finalmente aprobada por el Parlamento Europeo a finales del pasado mes, continúe por la apuesta por la sostenibilidad y por las políticas verdes. Una PAC en la que uno de los puntos clave son los llamados ecoesquemas, o serie de exigencias para que los agricultores y ganaderos desarrollen prácticas beneficiosas con el medio ambiente y puedan acceder a las ayudas. Está previsto que estos ecoesquemas reciban en torno a un 25% de las ayudas, ya que, como ha afirmado la UE, «tenemos que tener una PAC que cumpla sí o sí con los objetivos climáticos».

En este contexto, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación tiene actualmente en periodo de información pública y alegaciones, hasta el próximo 4 de febrero del 2022, el Estudio Ambiental Estratégico del Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PEPAC) para España en el periodo 2023-2027, en el que la provincia de Córdoba aparece expresamente mencionada en dos cuestiones: la erosión o pérdida de suelo y la necesidad de preservar mejor las aves en algunas zonas.

La erosión del suelo se debe a distintos agentes. Los agentes naturales más importantes son el agua y el viento, y en el caso del agua, ésta puede erosionar, entre otras formas, al fluir por la superficie, lo que se define como erosión laminar o en regueros. Las previsiones que apunta el cambio climático para zonas como Córdoba de que existan cada vez menos precipitaciones, pero más torrenciales puntualmente, hacen que la erosión laminar o en regueros del suelo cobre mayor importancia.

Zonas como la Campiña cordobesa deben apostar por la protección de las aves. Gema Albornoz

No en vano, y según afirma este estudio ambiental estratégico del PEPAC, el suelo «es uno de los recursos más importantes que existen, ya que sin él no puede haber vegetación ni agricultura. El suelo regula la escorrentía y contribuye a limitar el riesgo de inundación. Sin embargo, se trata de un recurso muy frágil y numerosas actividades humanas conducen a su deterioro o erosión». En este estudio, Córdoba aparece como la provincia andaluza con un mayor nivel de erosión potencial por erosión hídrica laminar y en regueros, en el conjunto de una Andalucía que, junto a Castilla y León y Castilla La Mancha, son las tres Comunidades Autónomas más afectadas por este tipo de erosión.

Así, y según los últimos datos disponibles, en la provincia cordobesa el total de superficie erosionable potencialmente debida a este tipo de erosión alcanza más de 1.337.689 toneladas (tn) de suelo por hectárea (ha) al año, el 16 % de las más de 8.357.851 toneladas que señala este estudio para toda Andalucía. Tras Córdoba, se sitúan Jaén (1.319.562 toneladas) y Sevilla, cerrando esta clasificación las algo más de 682.000 toneladas de superficie de erosión potencial laminar y en regueros de Cádiz.

Además, de estas 1.337.689 tn/ha-año señaladas para Córdoba, la mayor parte, algo más de 372.000 toneladas -el 27,8% del total provincial- se sitúan en el nivel erosivo más alto, en zonas con pérdida de suelo de más de 200 toneladas por hectárea al año. Este alto nivel erosivo también se registra en casi todas las provincias de Andalucía, salvo Almería, donde por poco el nivel erosivo mayor se sitúa en la franja de 100 a 200 toneladas por hectáreas al año; y Sevilla, donde dicho nivel erosivo de más de 200 tn ocupa el segundo lugar, observándose las mayores superficies en el nivel erosivo menor (de 0-25 tn/ha-año).

Por otro lado, el Estudio Ambiental Estratégico del PEPA también recoge datos sobre el estado de la cuestión de la biodiversidad en el medio agrario, punto en el que, en el contexto de los cultivos de secano extensivos herbáceos, se vuelve a mencionar a Córdoba en el marco de la zona de la depresión del río Guadalquivir.

En concreto, el estudio afirma que para los sistemas extensivos herbáceos presentes en la depresión del Guadalquivir, «hay que resaltar la falta de superficies declaradas LIC (Lugares de Importancia Comunitaria) o ZEPA (Zonas de Especial Protección para las Aves) que acojan los escasos enclaves de interés que aún persisten de este agrosistema. Por ello urge atender a la conservación de las áreas importantes para las aves en la zona»; y que serían, al menos, la Campiña de Córdoba en Baena, junto a las Campiñas de Porcuna y Cazalilla en Jaén, y la Campiña de Carmona, los Campos de Tejada y las Llanuras de Écija-Osuna en Sevilla.