El Córdoba CF ha llegado al estado de conciencia plena sobre un asunto: es el mejor del campeonato. Quienes acuden, y en su derecho están, a la clásica fórmula para homologar ese rango -ya saben: "Hay que demostrarlo en el campo"- tienen su respuesta. Los blanquiverdes han conseguido construir la virtud más útil en una categoría tan perra como la Segunda RFEF. Son un equipo multiusos, que se acopla a todo y encuentra soluciones como si fuera una navaja suiza. Igual se impone a los candidatos a discutirle la primera posición -que a día de hoy no pasan de presuntos- que a esas formaciones de corte más humilde que se le cruzan en una travesía que, si todo va como se presume, será corta en El Arcángel.

Al Panadería Pulido lo despachó en una soleada mañana de diciembre sin perder la sonrisa. El Córdoba padecía una plaga de bajas importante y arrastraba el desgaste de un calendario propio de un equipo de Champions. Germán Crespo agitó la coctelera, cambió por enésima vez el once y el resultado no varió. Si el éxito es conseguir que nadie se desconecte del interés general y todos aporten su mejor versión, el entrenador granadino lo está consiguiendo. El equipo está haciendo historia y nadie se lo quiere perder. 

El cordobesismo está experimentando algo cercano a la felicidad. Los planes están saliendo bien en un lugar incómodo, en el que nadie quiere estar porque jugar en la cuarta división es un pasaporte directo a la ruina y la intrascendencia a menos que se escape de aquí pronto. En ello está el Córdoba CF, que ya ha confirmado los pronósticos que le señalaban como el candidato número uno a ser el número uno, el ganador del único billete de ascenso directo. Sin play off ni movidas raras.

Era más difícil colocarse en la situación actual que mantenerla. Ya saben todos -los demás y él mismo- que su poder en el grupo es superior. No es el equipo perfecto, pero sí es el ideal para lograr el objetivo. Otros históricos del fútbol nacional no lo han conseguido y corren el peligro de hundirse en las arenas movedizas de la controvertida remodelación de los campeonatos. Entre eso y la crisis de la pandemia, muchos van a desaparecer -literalmente o de hecho- del mapa del fútbol profesional y su órbita. Esa es la auténtica Liga del Córdoba CF. El club se está jugando la vida. Este equipo está trabajando para él y para que los que vengan en el futuro puedan disfrutar de un lugar mejor.