YA TIENE LOS TERRENOS JUNTO A LA ELA DE OCHAVILLO DEL RÍO

La Comunidad de Regantes de Fuente Palmera planea hacer una balsa de riego de dos hectómetros

La viabilidad está sujeta a la concesión de ayudas por la Junta de Andalucía

Intalaciones de la planta de bombeo de los regantes de Fuente Palmera.

Intalaciones de la planta de bombeo de los regantes de Fuente Palmera. / GUZMÁN

Evaristo Guzmán

Evaristo Guzmán

La Comunidad de Regantes de Fuente Palmera ha adquirido un terreno de 30 hectáreas próximo a la Entidad Local de Ochavillo del Río, aunque pertenecientes al término municipal de Hornachuelos, para la futura construcción de una balsa de dos hectómetros, la cual vendría a aliviar las necesidades de riego de sus 1.000 comuneros y de sus 5.600 hectáreas.

No es la primera vez que la entidad colona plantea este proyecto, pues en 2008 surgió con fuerza cuando ya habían entrado en vigor los cambios tarifarios en la electricidad con la consecuente subida de precios. La idea era disponer de una balsa que se llenara durante la noche para usar el agua a lo largo del día con el objetivo de ahorrar en el consumo de luz.

Sin embargo, fueron varios factores los que provocaron la paralización de la iniciativa, entre ellos que los comuneros todavía estaban pagando la modernización de la puesta en riego, la crisis económica que sacudió aquellos años y la construcción de La Breña II.

Situación de sequía

Más recientemente, debido a la situación de sequía que ya se vislumbraba y ante la imposibilidad de adquirir unos terrenos que técnicamente fueran viables para la construcción de la balsa y que no supusieran un coste elevado para la Comunidad, surgió el proyecto de realizar un embalse en el arroyo de Los Picachos, en concreto por debajo de la planta de rebombeo y muy cerca de la planta de captación.

No obstante, las limitaciones técnicas y medioambientales exigidas desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) lo hicieron inviable, explica el gerente de la Comunidad de Regantes, Fernando Carmona. “Si algún día cambia el rumbo político y admiten este tipo de obras garantizando la supervivencia de zonas rurales o socialmente deprimidas o para combatir la infinidad de costes que asume el regante, estos proyectos podrían ser factibles, máxime cuando están al lado de la cuenca del Guadalquivir y no afectan a terceras personas”, apunta.

Este revés empujó a la Comunidad a la necesidad de buscar unos terrenos para retomar el plan de la balsa, con la coincidencia de que se han conseguido en la misma zona que se estudió en 2008.

Un terreno más amplio

El gerente también indica que ahora se ha podido ampliar la superficie de dichos terrenos –que abarcan unas 30 hectáreas- y la finalidad es construir una balsa en torno a los dos hectómetros. “Esta cifra supone, tomando de referencia por ejemplo este año, que hubiéramos tenido casi 500 metros cúbicos más por hectárea de lo que nos ha dado Confederación, y sobre todo no hubiéramos sufrido esos parones de entre 15 y 18 que hemos estado sin regar cuando la CHG no ha desembalsado”.

Por otro lado, deja claro que la viabilidad del proyecto está supeditada a la concesión de subvenciones por parte de la Junta de Andalucía. Desde la Comunidad son optimistas en este sentido ante la situación de sequía y costes, esperando que las ayudas solicitadas cubran cerca del 80% de la construcción de la balsa.

“Si es así y la subvención llega este año, se estima que para 2026 estaría concluida la obra y habría disponibilidad de agua; pero si las subvenciones no salen o los porcentajes son muy bajos tendríamos que esperarnos a otra orden o a otro marco de ayudas”, afirma.

La construcción de esta balsa garantizaría el tener agua sobre todo al inicio y final de campaña y que determinados cultivos la tuvieran continuamente, como es el caso de las hortícolas que llevan casi tres años sin sembrarse en la zona regable de Fuente Palmera porque no se garantiza el agua. A diferencia de un olivo, un naranjo o un almendro que aguantan mejor la sequía aunque se merme la producción.

Desde la Comunidad se incide en la importancia vital de este proyecto porque son 1.000 familias directas las afectadas y que dependen de esta zona regable, más todos los puestos de trabajo indirectos que genera