estudio desarrollado por varias universidades

La planta mediterránea muta para adaptarse al cambio climático

La investigación se ha llevado a cabo en un espacio vallado de la dehesa de Los Pedroches | Se han recreado las condiciones a las que podrían enfrentarse estos ecosistemas en el futuro

Una de las parcelas de Los Pedroches donde se ha hecho la investigación.

Una de las parcelas de Los Pedroches donde se ha hecho la investigación. / CÓRDOBA

Europa Press

Las plantas de la región mediterránea experimentan cambios fisiológicos para adaptarse a condiciones climáticas adversas como las altas temperaturas y la carencia de precipitaciones, según ha demostrado un estudio realizado por las universidades Politécnica de Madrid (UPM), Sevilla y Göttingen y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla del CSIC, que a su vez señala una «incertidumbre» en el impacto del cambio climático sobre las plantas. Ante la amenaza del cambio climático y el calentamiento global, este estudio ha analizado cómo puede afectar a la distribución de especies vegetales para desarrollar posibles medidas de gestión adecuadas que atenúen los efectos climáticos.

La investigación se ha enfocado en la región Mediterránea debido a la coincidencia de las temperaturas altas con un periodo seco y a la reducción de precipitaciones señalada por los modelos climáticos, lo que podría alterar el crecimiento, la capacidad reproductiva y la supervivencia de muchas especies y, a medio plazo, la composición de la comunidad vegetal.

«La ecofisiología vegetal proporciona herramientas de análisis que permiten detectar efectos que no son visibles a otras escalas de observación, o explicar los efectos que sí son visibles», ha afirmado el investigador del grupo de investigación Forest Systems in a Changing Environment (Forescent) de la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural, Jesús Rodríguez.

Para evaluar el impacto del clima en las dehesas mediterráneas, han analizado el efecto de tres años de incremento de la temperatura y de reducción de la precipitación en una herbácea abundante en España, Geranium dissectum L. Los investigadores recrearon in situ las condiciones climáticas a las que podrían enfrentarse estos ecosistemas en el futuro. Así, en seis parcelas de 24 metros cuadrados de una dehesa de Los Pedroches, valladas para evitar la entrada de herbívoros, sometieron a diferentes condiciones los ecosistemas. Dispusieron dos subparcelas de calentamiento experimental, otras dos de reducción de la precipitación, dos más de calentamiento y reducción de la precipitación y un par de control sin modificación del clima.

El dispositivo de calentamiento experimental aumentó la temperatura 1,4 grados y la reducción de la precipitación disminuyó la humedad del suelo un 4% en los tres años de estudio debido al empleo de canalones transparentes sobre un 33% de la superficie de la parcela, que interceptaban la lluvia y la conducían fuera de la instalación.

Las variación en las condiciones reflejó un «impacto notable» de alteraciones fisiológicas en las plantas. Según ha apuntado Rodríguez, estos dos factores por separado «apenas» afectaron al estado hídrico de las plantas, o sus niveles de fotosíntesis, respiración o tasas de apertura estomática, mientras que la combinación de ambos alteró «significativamente» los valores.

«Así, tras tres años de continuo calentamiento y reducción de la precipitación, la apertura estomática disminuyó un 92%, la fotosíntesis un 79% y la respiración un 37% con respecto a las plantas de control (no expuestas a ningún tratamiento). Además, las plantas florecieron de media 15 días antes con la combinación simulada de más calor y menos lluvia», ha incidido Rodríguez.

Los investigadores han incidido en el hecho de que la interpretación de los resultados «no es sencilla» y, aunque los cambios experimentados por la planta permitieron la adaptación de las plantas a estas condiciones, han advertido de que «de que el efecto sinérgico del incremento de calor y sequía trae consigo una incertidumbre sobre el futuro impacto en los ecosistemas».