RADIOGRAFÍA AGROALIMENTARIA DE CÓRDOBA | EL MERCADO LABORAL

Hacia el empleo de calidad

Los empresarios agrícolas hablan de falta de mano de obra en el sector. Sin embargo , los sindicatos consideran que lo que falta son buenas condiciones. La reforma laboral parece servir de impulso para acabar con buena parte de la estacionalidad que sufre la agricultura

Trabajador del sector primario durante la campaña de recolección de la almendra.

Trabajador del sector primario durante la campaña de recolección de la almendra. / Cristina ramírezFRANCISCO GONZÁLEZMIGUEL PÁRRAGAFRANCISCO GONZÁLEZ

Cristina Ramírez

El panorama laboral en el campo cordobés es, cuanto menos, incierto. Los empresarios del sector hablan desde hace unos años de falta de mano de obra y es que en términos generales hay que destacar que en la provincia de Córdoba, desde el año 2011, se ha venido reduciendo la población. En 2020 perdió 1.528 personas a pesar de que se incrementó la población extranjera en 1.409 personas, pasando de 21.103 en 2019 a 22.512 en 2020, lo que significa que las 1.528 personas que se registraron de menos en 2020 eran todas de empadronados locales. «Esto nos habla de la calidad del empleo en la provincia. Estamos sustituyendo empleos de calidad por empleo precario y eso implica que las personas con cierta cualificación prefieren buscar empleo en otras provincias e, incluso, en el extranjero, donde encuentran mejores condiciones laborales que las que se les oferta aquí», apunta Agustín Jiménez, secretario general del Sindicato de Industria de CCOO de Córdoba. El campo no es ajeno a esta situación. Según informa el sindicato, el sector es uno de los más precarios laboralmente hablando. De hecho, es, junto al sector de la limpieza, uno de los que peores convenios colectivos tiene, ya que se limita a aplicar el SMI en todas las categorías, lo que supone un «desincentivo» para las personas trabajadoras, que buscan mejores salarios y condiciones laborales menos duras que las que se viven en el campo. Junto al sueldo, la altísima temporalidad es otro de los elementos que marcan la precariedad laboral en el sector. A este respecto, «la nueva reforma laboral creemos que va a suponer una mejora cualitativa importante, ya que muchos trabajadores y trabajadoras, que venían siendo contratados periódicamente para realizar las mismas tareas agrícolas, ahora tendrán que ser contratados como fijos discontinuos o indefinidos», asegura Jiménez.

Recogida de aceituna en la provincia de Córdoba.

Recogida de aceituna en la provincia de Córdoba. / Cristina ramírezFRANCISCO GONZÁLEZMIGUEL PÁRRAGAFRANCISCO GONZÁLEZ

«Las tradicionales relaciones laborales en el sector han perpetuado prácticas alegales cuando no abiertamente fraudulentas, que, por extensión, perpetúan la precariedad en el sector. Un ejemplo de ello es la recogida a destajo, que está explícitamente prohibida en el convenio colectivo pero que, sin embargo, se sigue practicando», continúa el secretario general de CCOO, quien afirma que no se trata de falta de mano de obra, pues hay más de 15.000 personas desempleadas en el sector, sino de falta de empleo de calidad. El sindicato admite que, puntualmente, puede darse un problema de falta de mano de obra en la recogida de la aceituna, pero es un problema que podría solucionarse cumpliendo el convenio colectivo y mejorando las condiciones laborales en el campo, lo que animaría a más personas a trabajar en la campaña olivarera.

Trabajadoras en una empresa de la naranja en la Vega del Guadalquivir.

Trabajadoras en una empresa de la naranja en la Vega del Guadalquivir. / Cristina ramírezFRANCISCO GONZÁLEZMIGUEL PÁRRAGAFRANCISCO GONZÁLEZ

De hecho, los cambios después de la nueva reforma ya se están notando, pues mientras que en el primer semestre de 2021 la contratación indefinida en el sector primario cordobés apenas suponía un 1,1%, en los primeros seis meses de 2022 esta cifra ascendía al 13%, según los datos aportados por UGT FICA Córdoba. Además, en el mes de mayo, las patronales agrarias y los sindicatos mayoritarios firmaron las tablas salariales del Convenio del Campo de la provincia de Córdoba para el año 2022. Un acuerdo que incluía el incremento del SMI aplicado en las tablas salariales, tanto para los trabajadores fijos y fijos discontinuos como para los trabajadores eventuales del sector.

El sector ha pasado de un 1% a un 13% de contratos indefinidos con la nueva reforma laboral

El convenio colectivo vigente 2021-2023, en su artículo 27, recoge que para los años 2022 y 2023 el incremento del SMI será el que Gobierno apruebe en esta materia. Por ello, la comisión paritaria del Convenio Colectivo del Campo actualizó las tablas salariales con una subida del 3,63%, quedando fijado el SMI por jornada de trabajo en 50,73 euros. Para UGT FICA, el incremento del precio mínimo de la jornada de trabajo y la mayor estabilización en la contratación, junto con las futuras mejoras en el convenio colectivo, deben servir para ir modernizando y dignificando el trabajo en el campo, al mismo tiempo que hacerlo más atractivo para que los jóvenes puedan optar a este trabajo con unas mínimas condiciones. Todo ello sin olvidar la importancia de este sector para el asentamiento de la población rural. Los datos de 2020 aportados por CCOO reflejan que el sector agrícola tiene un índice de rotación mayor de la media, con 3,18 contratos por trabajador. Cabe destacar que de los 240.409 contratos realizados en el sector en 2020, más de la mitad (163.342) se realizaron a hombres y solo 67.067 a mujeres, con una tasa de temporalidad del 99,78%. Además, la agricultura es, tras el sector servicios, el que mayor número de trabajadores reúne. A pesar de ello, es el tercer sector en aportación al PIB de la provincia. En concreto, en 2020, la aportación de la agricultura al PIB de la provincia fue de 1,386 millones de euros, lo que supone el 10,54% del PIB de la provincia, por detrás del sector servicios, que aporta el 71,85%, e industria, que aporta el 11,71%.

A la par que la estacionalidad, la meteorología toca de lleno al campo; por ello, la falta de agua y los episodios climatológicos extremos, cada vez más frecuentes, suponen una gran amenaza para la agricultura y la ganadería, que afrontan un escenario muy complicado debido a la alarmante situación de los pantanos y la ausencia prolongada de lluvia. A esto se suma la proliferación de episodios climatológicos extremos, que se producen cada vez con mayor asiduidad y que adelantan la maduración de los frutos, cuando no suponen el destrozo de los cultivos.

La sequía reducirá los puestos de trabajo, pues este año habrá menos fruto de que recolectar

A nadie se le escapa que esto afecta a la contratación de efectivos, por lo que desde UGT FICA Córdoba «instamos a actuar con urgencia para llevar a cabo las obras necesarias que garanticen el suministro de agua a la población, pero que al mismo tiempo cubran las necesidades de la actividad agraria y ganadera». En este asunto se ha pronunciado también Asaja Córdoba, quien asume la difícil situación de migrantes que viven de este sector. Este año, una vez celebrada la primera reunión de la Mesa de Flujos Migratorios de Córdoba, el panorama se vislumbra complicado para dicho contingente de trabajadores extranjeros «porque el campo, debido a la sequía y al calor extremo de las últimas semanas, no va a dar los frutos habituales. Es decir, las campañas que más empleo generan podrían ver reducida su producción a la mitad y con ella su necesidad de trabajadores también», lamenta la organización agraria. Aunque uno de los puntos por resolver es el de los aforos oficiales de cada una de las campañas, Ignacio Fernández de Mesa, presidente de Asaja Córdoba, apunta a que en la provincia la cosecha media de aceituna arroja unas 300.000 toneladas y este año podría quedarse en unas 180.000. Al mismo tiempo, este colectivo lleva meses sufriendo la tendencia alcista del IPC, de los precios del combustible, de la electricidad y de los piensos. Si se unen todos estos factores, el sector agroalimentario cordobés, «a pesar de ser uno de los que mejor comportamiento mantuvo en la etapa más dura de la pandemia, se encuentra en estos momentos en una situación muy delicada, con muchos frentes abiertos que podrían suponer una amenaza en los avances ya alcanzados en materia laboral», asevera Téllez.

Frente a esto, desde UGT FICA Córdoba «apostamos por seguir consolidando y mejorando las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras del mundo agrario como mejor forma de garantizar la mano de obra y el tan necesario relevo generacional, así como el asentamiento de la población rural al territorio, siendo fundamental, por lo tanto, que a partir del año 2023, las condiciones salariales evolucionen en relación con el IPC», indica el sindicato. CCOO, por su parte, se suma a la reivindicación a favor del avance de los trabajadores del sector y apunta que, mientras haya desempleo en el sector, el sindicato no aceptará la contratación en origen para las campañas agrícolas, para las que reclama más transparencia en la contratación, contratos por escrito obligatorios, formación continuada, prevención de riesgos, etcétera.