Expertos del Instituto de la Grasa, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y del centro Ifapa Alameda del Obispo de la Junta de Andalucía han identificado los dos genes implicados en la calidad y duración del aceite de oliva.

Los investigadores han concluido que la cantidad de ácidos grasos insaturados oleico y linoleico presentes en cada variedad de aceituna y, que tras su extracción, también se encuentran en el aceite de oliva viene determinada principalmente por dos genes concretos.

La Fundación Desqubre ha informado de que para ello han analizado 36 variedades diferentes de olivo del Banco Mundial de Germoplasma, de los que el Ifapa cuenta con cinco en varias de sus instalaciones, uno de ellos en el centro de Córdoba.

Mientras el ácido oleico es un ácido graso que presenta propiedades nutricionales beneficiosas para la salud y una alta estabilidad frente a la oxidación, el ácido linoleico es un ácido graso esencial, es decir, es necesario incorporarlo a través de los alimentos de la dieta porque el organismo no lo puede sintetizar.

El investigador principal del estudio, José Manuel Martínez Rivas, señaló que la combinación de ambos tipos de ácidos grasos y su composición determinan la calidad del aceite y su duración.