Hay diferentes tipos de unión de agricultores que coexisten e, incluso, comparten hasta objetivos. Aunque existen diversas clasificaciones, una que ayuda a abordarlas es la jurídica. Este criterio es el que diferencia las sociedades mercantiles de las cooperativas. Las primeras, además, se subdividen en sociedades anónimas, anónimas laborales, limitadas, comanditarias y colectivas. A todas ellas hay que sumarles, además, el caso de las almazaras, que en algunos casos pertenecen a las citadas cooperativas y en otros -casi iguales en términos de facturación- a sociedades de diferente naturaleza. En cualquier caso, es esa fórmula jurídica la que determina el nivel de responsabilidad patrimonial para sus titulares, así como los trámites administrativos.

La sociedad cooperativa es la forma jurídica por excelencia del asociacionismo de los agricultores en España. Pero, ¿qué es una cooperativa agroalimentaria y cuántos tipos hay? Es una sociedad en la que los agricultores o los ganaderos ponen en común sus recursos en ciertas áreas de actividad. Además de los servicios, la actividad principal suele ser la comercialización en común de las producciones de los socios. Existen varios tipos de cooperativas, las de primer grado y las de segundo grado. Las primeras suelen estar enfocadas a la producción de alimentos y las segundas se centran en la comercialización de los productos de las cooperativas de primer grado. Además, existen cooperativas de suministros, que son aquellas que abastecen a sus miembros de semillas, fertilizantes, fuel y maquinaria. Las cooperativas de comercialización se establecen para transformar, empaquetar, distribuir y hacer marketing de sus propios productos agrícolas (tanto cosechas como ganado). Los agricultores y ganaderos también utilizan cooperativas de crédito como fuente de financiación, tanto para el pago de mano de obra como para las inversiones.

En la provincia de Córdoba hay alrededor de un centenar de cooperativas, según los datos facilitados por Cooperativas Agroalimentarias. En una división por productos hay que destacar que el 70% se dedica al aceite. Le siguen las cooperativas ganaderas, con un 20% del total, y las de cereal, hortofrutícolas y vinícolas, que suman el 10% restante. Desde este mismo colectivo destacan que el sector del vino se ha visto en la necesidad de incorporar almazara, como ha sucedido con La Unión y La Aurora, ambas de Montilla, y La Purísima de Puente Genil.

En lo que respecta a los tipos de cooperativas que hay en Córdoba, la gran mayoría son de primer grado. Entre las de segundo grado, las más representativas son Oleícola El Tejar, Sufeco y Fedeprol. El Tejar se centra en el aprovechamiento integral de los subproductos del olivar, en especial del orujo húmedo resultante de la industria almazarera. Sufeco, por su parte, actúa como central de compras de sus entidades socias. Dentro de la línea de fitosanitarios cuenta con marcas propias de compañías importantes como Monsanto, Ascenza y Sarabia, entre otras. Fedeprol Córdoba, por último, trabaja en el asesoramiento de agricultores y ganaderos de las cooperativas que la integran.

Aunque en Córdoba hay cooperativas que anclan sus raíces en los años 40 del siglo pasado, como es el caso de Regantes de Palma del Río, el verdadero impulso tuvo lugar en la década de los 60. Como explican desde Cooperativas Agroalimentarias de Córdoba, los agricultores y ganaderos dependían antes de que un industrial comprara o no sus productos. Al unirse en cooperativa se asegura de que puede comercializar sus productos a precio de mercado.

Sin salir del capítulo de las cooperativas es destacable que haya algunas que vendan su producto a otra, como es el caso de las que se integran en superiores. Un buen ejemplo se encuentra en el sector del aceite de oliva, con cooperativas que forman parte de Dcoop (tiene su sede en Antequera y cuenta con subsede en Córdoba) o Almazaras de la Subbética. Hay otras cifras a tener en cuenta al analizar la situación de las cooperativas en la provincia, como los alrededor de 1.350 millones de euros de facturación en la campaña anterior o los 60.000 agricultores que forman parte de estas entidades (39.000, según el censo de la Junta, ya que hay agricultores que forman parte de dos o más cooperativas). En lo que respecta al empleo, las cooperativas de Córdoba generan 2.318 puestos de trabajo directos y su comercialización es superior en el ámbito internacional, con un 60%. Los principales sectores exportadores son el aceite, el ovino y los cítricos. Existen otros tipos de unión de agricultores, como sucede con empresas industriales.

En Córdoba, al igual que en el resto de España y según su forma jurídica, existen dos tipos de entidades que se dedican a la producción de aceite de oliva: las sociedades cooperativas (SCA) y las almazaras industriales (almazaras privadas, sociedades mercantiles tipo SL, SA, CB o, incluso, persona física).

El carácter asociativo de las cooperativas, reconocido por la Administración, les supone grandes ventajas que repercuten muy favorablemente en su gestión económica y administrativa. Disponen de ventajas fiscales, como la bonificación en un 95% del Impuesto de Actividades Económicas (IAE), u otras mejoras en el impuesto de sociedades. Disponen de subvenciones exclusivas para mejora de la comercialización. Asimismo, se establecen criterios exclusivos de puntuación en la convocatoria de subvenciones que las sitúa en una posición preferente en el reparto de fondos procedentes de la UE. En las últimas convocatorias de ayudas a la transformación y comercialización, los resultados han sido de entre un 90-97% de asignación de fondos a cooperativas olivareras, frente al 3-10% restante asignado a almazaras industriales.

Las almazaras industriales, por su parte, también realizan una función económica, social y territorial fundamental en sus municipios de influencia. En Córdoba existen aproximadamente 189 almazaras (datos AICA campaña 2019/20), de las que 72 (38%) son cooperativas y 117 (62%) son almazaras industriales. En la campaña 2019/20 las cooperativas produjeron 104.437 toneladas (53%), frente a las 92.117 (47%) producidas por almazaras industriales.

En cuanto al impacto de la actividad económica y laboral, se estima que generan una media de más de 1.000 puestos de trabajo directos en la provincia. Cada almazara industrial de la provincia gestiona la producción de una media de 460 agricultores.