Morón estaba desconocido. La cita taurina no defraudó a nadie. Gentes de todas partes merodeaban por los alrededores de la plaza esperando que llegara la hora de comenzar esta corrida mixta histórica. Los paparazzi también deambulaban esperando a Benítez padre. Carreras de acá para allá, pero falsas alarmas. Benítez no aparecía. Tampoco lo hicieron los personajes del papel cuché. Se comentó en las redes que todo el famoseo estaría con los dos hermanos. Pero decidieron no estar. Menos mal que el morbo lo puso Julio cuando brindó a su hermano. Las palmas echaban humo. Sí estaba Cayetano, que no quiso perderse el festejo, que lo presenció con el matador de toros Serafín Marín. También Rafael Cremades, con su inseparable amigo Chiquilín que está de celebraciones por el 25 aniversario de su alternativa. No faltó El Puri, con su clásico vestío corto. Y en el tendido, entre la gente entregada, la mujer de Díaz con Manuel, su hijo mayor, que bajó al ruedo y su padre le dijo «Manolín, saluda al tito Julio», y el chiquillo le dio la mano.

En un tendido de sombra estaba la bailaora Pilar Astola con su amiga María José, un poco más abajo el cantaor Rafael Ordóñez. Sí había otros toreros en burladeros como Manuel Rodríguez Requena, Paco Algaba, Carlos Jordán... Pero todo el mundo esperaba que apareciera Manuel Benítez a ver a sus hijos, y no acudió a este primer encuentro profesional entre hermanos. Él se lo perdió. En otro festejo acudirá porque habrá más viendo el éxito de éste. r. rodríguez