Opinión | Política

Pablo D. Escolar

El inútil dictadorzuelo

Es irrisorio que el dictador que nos gobierna, ese que miente hasta al médico, pretenda llevar el «juego» de gobernar hasta ese extremo de pretender convencer por carta, a todo el País, de que está siendo víctima de ataques por parte de la derecha y la ultraderecha; realmente está siendo receptor de la desesperación del pueblo español, al que él es incapaz de responder, pese a que le increpan con notable (aunque abundantemente) recato y respeto. Naturalmente merece mayor acritud y mordacidad. Este comediante que piensa que gobernar España es un juego de niños, que cree que ese trabajo lleva implícito acaparar todos los poderes del Estado, que su único recurso de protección es llamar a todo aquel que no esté de acuerdo con sus tropelias, «derecha o ultraderecha», cual si estas palabras fueran un delito bochornoso, sin estimar que las de izquierda o ultraizquierda (rango al que él pertenece) son y han sido siempre las más deleznables y perjudiciales para la humanidad y lo valoramos así en España.

Me vienen a la cabeza personajes de la Historia que comenzaron como Fray Mentiras, y acabaron como lo hará este aprendiz de autócrata y que no se marcharon de su pais, como lo hará él, sátrapas, engreídos, dementes: Niyazov, Gadafi, Trujillo, Macías, Ceaucescu, Hitler, Milosevic, etc. Y estos dictadores ganaron en su día unas elecciones; Sánchez no ha ganado ni una sola y su poder se basa en dar prebendas y sinecuras a delincuentes, asesinos, independentistas, amigotes, etc., para recibir esa contraprestación a cambio.