Con palabras magníficas de Rafael Mir Jordano, aunque refiriéndose al Cahue, quiero decir que guardo el recuerdo de Agustín Gómez en mi corazón, en el rincón de los afectos y de las admiraciones. El maestro Agustín sabía que yo tengo más de cabrero que de escritor y la voluntad me salve de aquellos que no lo entiendan.

Escuché por vez primera la voz de Agustín a través de Radio Popular cuando aterricé por el Campo la Verdad en 1971 procedente de África. Me colocó mi familia como gañán en Los Mochos, un cortijo cerca de Alcolea y allí, por un transistor expropiado en el aeropuerto de Málaga, me enganché a Cante y cantaores, La hora de Agustín Gómez, Cante jondo. Cultos, amenos, excelentes programas de arte flamenco cuyas señas de identidad, aquellos inolvidables «Buenas tardes, amigos del cante» resuenan todavía en la mente y en el corazón de quienes los escuchamos hasta 1992. Tuve la dicha de conocer y saludar al maestro Agustín en 1976, una mañana que acudí a la emisora de la Cope invitado por el periodista José Serrano Portero, otro ilustre de Montilla, para hacerme una entrevista por mi activismo en la Asamblea de Parados. Eran tiempos de pan con aceite como dieta única para los trabajadores en paro y sus familias, lucha callejera contra el franquismo, encierros en iglesias y encuentros a palos con la policía grisácea. En 1979 se publicó la grabación Temas de Papi y Cahue, realizada en Sonisur de Montilla por el cantaor Antonio Muñoz El Toto, con Pepe Toques a la guitarra. Entre los poemas que El Toto cantaba en la casete aquella, algunos habían originado el procesamiento de sus autores por «injurias a las Fuerzas de Seguridad del Estado» cuando se publicó el libro Tenemos un minuto para disolvernos, donde aparecían. Agustín, en un gesto de generosidad, tuvo el corazón y los santos güevos de presentar en la Peña Flamenca Fosforito la grabación y a los intérpretes ante un público que abarrotaba la sala.

Cuando se organiza el Ateneo Casablanca en 1984, germen del Ateneo de Córdoba, sus alborozados creadores constatan que la ciudadanía está formada por alguien más de lo que aparentemente hay a la vista. Personalidades de la cultura fueron los artífices. Y entre ellos y ellas sigo con Agustín que es hoy, aunque grande y triste, el recuerdo.

Tuve el honor de acompañar al maestro entre 1990 y 2010 a gran número de actos y eventos no todos flamencos, siempre con Manuel Gahete, un lujo. Sin orden, fecha ni concierto quiero citar algunos centros y actos inolvidables en Córdoba como l a entrega de Fiambreras en el Palacio de Viana, presentación de libros en la Real Academia, Cátedra de Flamencología Agustín Gómez de la Universidad de Córdoba, presentación de libros en Diputación, Campos de Guitarra en Bodegas Campos. Lugares como Montilla, Carcabuey, Tomelloso...