En poco más de 11 años, Córdoba ha conocido cuatro proyectos para que la ciudad cuente con un recinto de congresos, que en principio se pensó construir en el lóbulo de Miraflores con la idea de rentabilizar la posición privilegiada de la zona por su proximidad al casco histórico y a la vías rápidas de tráfico y para paliar la situación de desequilibrio de calidad urbana y la escasa integración de la margen izquierda del río en la vida del resto de la ciudad, como señalaban los arquitectos municipales Juan Medina y Luis Valdelomar en el proyecto que modificaba el PGOU del 2001 para hacer viable el proyecto de centro de congresos de Rem Koolhaas.

En realidad puede decirse que son cuatro los emplazamientos, pues el jurado del concurso internacional de ideas convocado para idear un edificio multifuncional apostó por el edificio del arquitecto holandés, pero éste lo había situado en una zona inicialmente no prevista por la Gerencia de Urbanismo, trasladándo la edificación hacia una posición más favorecedora: frente a la fachada del casco histórico.

El proyecto original consistió básicamente en un edificio de unos 375 metros de longitud y 40 de ancho bajo rasante. Presentaba una calle-mirador de acceso público que lo recorría longitudinalmente. El edificio dispondría de un centro de congresos y de visitantes, galerías comerciales y espacios para oficinas, un hotel y una zona de aparcamientos. Pero esta idea original se modificó para hacer un inmueble más asequible y por menos dinero. El estudio de Koolhaas diseñó entonces un centro de congresos con una sala con capacidad para 1.955 personas y otra menor para 630. También tendría otras 11 salas para 2.000 personas y un auditorio al aire libre para 600. Serviría asímismo como sede de la Orquesta y dispondría de cocinas y bar.

Con el nuevo gobierno municipal, el alcalde, José Antonio Nieto, ha cambiado de emplazamiento el proyecto y lo ha situado a las afueras de la ciudad, en el recinto propiedad de Cajasur en el Parque Joyero. El proyecto adapta el actual pabellón y, preservando el área central diáfana (8.163 metros cuadrados), crea un ala de cuatro plantas de instalaciones congresuales con dos auditorios. En el otro extremo se habilitaría un área de oficinas y servicios, dos plantas con unos 1.600 metros. En el exterior, un área expositiva de 4.307 metros, y, entre el sótano y un párking anexo, mil plazas de aparcamiento.

Ahora surge una nueva idea. Ampliar el espacio para convenciones del actual palacio de congresos de la calle Torrijos.