Italia presionó ayer de nuevo a sus socios europeos para repartir la carga migratoria con una propuesta para «rotar» en distintos puertos de la Unión Europea los desembarcos de los rescatados en el Mediterráneo, asunto que acaparó el debate de los ministros de Defensa y Exteriores, reunidos en Viena.

La ministra italiana de Defensa, Elisabetta Trenta, acudió a esta reunión informal -en la que no está previsto adoptar decisiones- con una propuesta «firme» para reformar las reglas de la operación Sofía e instó a los socios a apoyarla hoy. El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini (Liga, ultraderecha), ya había amenazado en julio con cerrar los puertos a los barcos que participan en las misiones internacionales presentes en el Mediterráneo, entre las que se encuentra esta misión europea, Eunavformed Sophia.

Trenta admitió que la propuesta no fue acogida de manera unánime, aunque se mostró «optimista», pero no descartó que, de rechazarse, Italia pueda hacer «consideraciones» sobre su participación en la operación naval europea, que lucha contra el modelo de negocio de los traficantes de personas en el Mediterráneo central. «Todos compartimos la importancia de Sofía, pero haremos nuestras consideraciones y cada decisión será tomada con el primer ministro», agregó.

TRAFICANTES / Una operación, cuyo cuartel general está en Roma, que la alta representante de la UE, Federica Mogherini, consideró «vital» y que, aclaró, solo ha desembarcado en la Unión Europea a menos del 10% del total de migrantes rescatados en el Mediterráneo. El rescate de estas personas es, además, «solo una parte» del trabajo de la misión, que se dedica fundamentalmente, según el mandato que le han dado los países de la UE, a disuadir el modelo de negocio de los traficantes de personas y a ayudar a que se cumpla el embargo de armas decretado por la ONU a Libia. Mogherini puntualizó igualmente que la cuestión de la distribución en la UE de migrantes rescatados «no corresponde a los ministros de Defensa, sino a los de Interior y, quizá, a los jefes de Estado y de Gobierno».

“Vamos a ver qué margen tenemos para responder a esta cuestión. Necesitamos una actitud constructiva y que todos los Estados tomen responsabilidades», afirmó la comisaria italiana. Italia insistió en la revisión urgente de estas normas y consideró que es un asunto que atañe a todos los países de la UE. «No puede ser solo nuestro país el que se haga cargo de una emergencia que cuestiona a toda la UE», afirmó.

OPERACIÓN DE DESEMBARCO / Los barcos que participan en la operación suelen desembarcar a los migrantes que rescatan en el Mediterráneo en puertos italianos, donde la agencia europea guardafronteras, Frontex, ha instalado puntos de identificación y registro de los acogidos. La ministra italiana espera que España apoye su propuesta dado que el país «está viviendo el problema de la migración en este momento».

El asunto se introdujo así en la reunión de ministros de Exteriores, que abordaron también las relaciones transatlánticas y la estrategia para preservar el pacto nuclear con Irán.

El ministro español, Josep Borrell, afirmó a su llegada al palacio de Hofburg de Viena que los problemas migratorios son «un poderoso disolvente» de la UE y consideró que un «fracaso» en la próxima cumbre de líderes en Salzburgo (Austria) puede significar «la cristalización» de «dos grupos» de países en Europa.

«Los problemas migratorios son un poderoso disolvente de la Unión porque crean mucha desunión, en la medida en que claramente se están perfilando dos grandes grupos de países que tienen posiciones absolutamente contrapuestas», afirmó Borrell.

En este sentido, consideró que algunos países del Este más Italia «están por un lado» mientras que «el tridente franco español alemán», junto con Portugal y otros países, «tiene una actitud más de realismo moral que tiene en cuenta las exigencias morales del problema, basada en los valores de los tratados de la Unión».

ACUERDO CON SENEGAL

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y su homólogo senegalés, Ali Ngouille Ndiaye, se comprometieron ayer a profundizar la cooperación en materia de seguridad en la costa atlántica, ante la posibilidad de que las mafias quieran abrir esa ruta por el cierre de la mediterránea. Desde el país africano están «preparados para parar» a sus jóvenes y «limitar sus pretensiones» de querer abandonarlo, según manifestó el responsable de Interior senegalés al término de su encuentro con Grande-Marlaska, en el que aprovechó para demandar a España mayores facilidades en la obtención de visados a sus ciudadanos. Ello porque, recordó, la senegalesa es la comunidad más numerosa en España por detrás de la marroquí, con 80.000 nacionales empadronados y con permisos legales de residencia, de los que 30.000 están afiliados a la Seguridad Social. Facilitar los visados permitiría, en su opinión, «evitar que tomen el camino del mar hacia España.