¡Id a casa y multiplicaos! He aquí la singular proposición de un concejal sueco que ha corrido como la pólvora entre chanzas, alabanzas y críticas. Per-Erik Muskos, edil de Overtornea, al norte de Suecia, ha planteado la propuesta para mejorar la conciliación laboral y familiar y elevar la tasa de natalidad: dar a los empleados municipales (550) un descanso de una hora pagada por semana para ir a casa y tener relaciones sexuales.

Muskos, de 42 años, justifica el derecho al sexo subsidiado por conllevar un empujón a la población local, cada vez más reducida y envejecida, reactivar la libido de las parejas y animar a los empleados. De momento, ha situado en el mapa a la localidad de 4.500 habitantes, en el remoto Torne Valley fronterizo con Finlandia.

Con el argumento de que «el sexo es también una gran forma de ejercicio y tiene efectos positivos en el bienestar», Muskos sugirió que los trabajadores gocen entre sábanas de la hora semanal ya asignada para actividades físicas. La moción, que se prevé será votada en primavera, necesita una mayoría simple para ser aprobada por el consejo, formado por 31 miembros.

El regidor considera que la medida sería especialmente beneficiosa para los padres con niños, porque la presencia de las criaturas limita sus desfogues. «Debemos mejorar las relaciones. A menudo el sexo es escaso. El día a día es agotador y los niños están en casa. Sería una oportunidad para que las parejas tuvieran tiempo para ellas, a solas», justificó el edil, que incluye también a los solteros en la fiesta procreadora.

El concejal ha pedido que no se tome a broma su sugerencia, acogida con carcajadas por sus compañeros del pleno y que ha provocado mofas, elogios y críticas. Entre estas últimas, los que temen que los singles aprovecharían la jornada laboral para ir a la caza, vía Tinder y demás, de partenaire con quien compartir la cita. Será imposible verificar, admite el edil, si la hora se emplea en otras faenas, pero insiste en las ventajas de su ocurrencia: «Muchos jóvenes dejan la localidad el mismo día que acaban la enseñanza. Si la vida fuera mejor, la juventud se quedaría».

Jaume Collboni, segundo teniente de alcalde de Barcelona, cree que antes que facilitar una hora de sexo en horario laboral, hay «medidas mucho más sencillas en todo lo concerniente a la conciliación, como la reducción de horarios, los permisos de paternidad y la consecución de salarios dignos». Además, agrega, parece que «este concejal presupone que el sexo tiene como finalidad procrear y muchas veces no es así».