Las autoridades aragonesas trabajan contrarreloj para retirar las miles de cabezas de ganado que han muerto ahogadas a causa de la crecida del Ebro, que, según las primeras estimaciones del Gobierno, ha afectado a 19.200 hectáreas, 14.00 de ellas de cultivos, y a 2.000 agricultores.

El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Modesto Lobón, indicó ayer que se trabaja a "contrarreloj" para sacar de las zonas inundadas los animales muertos, unos 10.000 (corderos, cerdos y vacas, fundamentalmente), de los que ya se han retirado más de 4.000 según el ejecutivo autonómico.

Sobre este asunto, el consejero de Política Territorial e Interior, Antonio Suárez, ha reconocido la "dificultad" de la tarea debido a que el nivel del agua todavía alcanza el metro y medio en algunos puntos y ha destacado que también se trabaja en alimentar a los animales vivos que están aislados, para lo que no se descarta utilizar helicópteros.

Lobón ha señalado que han sido evacuadas unas 20.000 cabezas de ganado de unas 175 explotaciones ganaderas, de las cuales siete tienen animales muertos en sus instalaciones.

La situación en las poblaciones ribereñas se va normalizando aunque continúan con las labores de achique en Boquiñeni y Pradilla y la vigilancia de motas (defensas de tierra), especialmente en Pina de Ebro y Gelsa. El ejecutivo autonómico espera también a que hoy, tras el Consejo de Ministros, se dé a conocer el decreto ley de ayudas a los damnificados por la crecida, que podría llegar a los 60 millones de euros para toda la cuenca. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, visitará hoy Zaragoza.