El papa Francisco viaja desde hoy y hasta el 31 de julio a Polonia para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Cracovia, visitará los lugares símbolos de Juan Pablo II y recordará el Holocausto con un recorrido en silencio por los campos de Auschwitz y Bikernau.

El decimoquinto viaje de Francisco estará lleno de contrastes, desde los actos de bullicio propios de las JMJ, a los momentos de recogimiento en los santuarios polacos y al dolor en su visita a los campos de exterminio nazi.

Francisco, que viaja por primera vez al corazón de la Europa católica, a la que hasta ahora no había prestado atención por preferir acudir a las que él llama “periferias del mundo”, convertirá la visita en un homenaje a san Juan Pablo II, que como papa viajó hasta nueve veces a su país natal.

El programa repleto de actos y en los que pronunciará 10 discursos en italiano, excepto uno en español, comenzará con la llegada al aeropuerto Juan Pablo II, desde donde se trasladará inmediatamente al Castillo de Wawel para el encuentro con las autoridades y el cuerpo diplomáticos.

Allí se producirá el encuentro privado con el presidente de la nación, Andrzej Duda, y posteriormente se trasladará a la catedral, donde será recibido por el cardenal arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, quien fue el histórico secretario de Juan Pablo II. En este templo se guardan reliquias este pontífice. H