La bicicleta se ha incorporado en los últimos años al paisaje de París, pero está lejos de ocupar el espacio preferente que se ha granjeado en ciudades como Amsterdam. Para incentivar a los ciudadanos a seguir la senda holandesa, el Gobierno francés ha presentado un plan cuya principal medida consiste en subvencionar a las personas que utilicen este vehículo para ir a trabajar. Desplazarse en dos ruedas será retribuido a ritmo de 25 céntimos el kilómetro.

¿No es suficiente compensación que el ciudadano haga un ejercicio sano y contribuya a la reducción de la contaminación? ¿Por qué dar dinero por utilizar la bicicleta y no los patines en línea o el monopatín? La fórmula tiene ciertamente algo de arbitraria y alimenta una tradición muy francesa --la política de ayudas para todo--, pero el Ejecutivo argumenta que no costará un céntimo al contribuyente. Según anunció el Ministro de Transportes, Frederic Cuvillier, el dispositivo depende exclusivamente de la voluntad de las empresas, que correrán con los gastos.

De momento, sin embargo, los empresarios no han demostrado un gran entusiasmo por la iniciativa. Aunque, si se tiene en cuenta que muchas grandes sociedades reembolsan a los trabajadores el coste del transporte público o una parte del mismo, la fórmula podría resultar incluso rentable habida cuenta del precio de los billetes: un trayecto de metro en París cuesta 1,70 euros, y el abono mensual para la primera zona --restringida al perímetro municipal-- alcanza los 59 euros. El Gobierno quiere poner en marcha la medida este mismo año con un puñado de empresas de forma "experimental", evaluar su efectividad y, entonces sí, extender su aplicación.

El programa, bautizado plan de acción para la movilidad activa, establece en total 25 iniciativas. Consideradas de forma aislada no parecen muy eficaces, pero, según el ministro, en conjunto conforman un dispositivo "coherente" y efectivo en términos de salud, economía y medioambiente. Los municipios podrán limitar la velocidad vehicular en los centros urbanos hasta 30 o incluso 20 kilómetros por hora. Los ciclistas podrán circular por estas calles en doble sentido, aunque para los coches sean de una sola dirección.

SIN CALENDARIO El plan también establece que los automovilistas que aparquen en vías reservadas a las bicicletas deberán pagar una multa de 130 euros, y prevé la instalación de aparcamientos para estos vehículos ecológicos en las estaciones de tren, facilita el acceso de los ciclistas a los trenes y fomenta la promoción de la bicicleta en las escuelas. Estas iniciativas han sido bien recibidas por la Federación de Usuarios de la Bicicleta. Su presidenta, Geneviève Laferrère, ha lamentado, no obstante, la ausencia de un "presupuesto" y de un calendario concretos. El anterior plan, presentado en el 2012 por el anterior gobierno, dirigido por Nicolas Sarkozy, marcaba como objetivo que el 10% de los trayectos se llevaran a cabo en bicicleta. Esta vez la proporción es del 2%.