"racias" era la palabra que más se repetía en las pancartas exhibidas entre las decenas de miles de fieles (50.000 según fuentes oficiales, una cifra bastante menor que las que se barajaban en las previsiones iniciales) que tomaron ayer a mediodía festivamente la plaza de San Pedro del Vaticano para ver, escuchar, ovacionar y despedirse del papa Benedicto XVI. Era la primera plegaria del Angelus tras su renuncia y habrá sido la penúltima de su pontificado.

Desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, el Pontífice agradeció en varios idiomas el afecto recibido y pidió a los asistentes que sigan rezando por él y por el próximo papa. Su mensaje previo al rezo del Angelus dio la impresión de centrarse en aspectos más bien propios de su labor pastoral y de las fechas cuaresmales. Pero dadas las circunstancias y teniendo en cuenta que cada una de sus palabras se mira con lupa, es más que posible que alguien se diera por aludido cuando Benedicto XVI, al hilo de las tentaciones de Cristo en el desierto, llamó a "no instrumentalizar a Dios para los propios fines", dando más importancia al éxito y a los bienes materiales, a no creer que "la verdadera realidad esté en el poder" y a aprovechar la Cuaresma para "renovar el espíritu, renegando del orgullo y el egoísmo para vivir en el amorO. "Hay que volver a poner a Dios en el centro de nuestras vidas", reclamó Benedicto XVI.

EJERCICIOS ESPIRITUALES En los próximos días no habrá apariciones públicas del Papa, que ayer mismo por la tarde inició unos ejercicios espirituales que durarán hasta el sábado. En ellos participan todos los miembros de la curia y paralizan, de hecho, el Gobierno de la Iglesia. Este año dirige la prédica el cardenal Gianfranco Ravasi, considerado un papable de compromiso entre los distintos sectores. Hasta tres predicadores de estos ejercicios, entre ellos Karol Wojtyla, han sido después papas.

El mismo sábado, el Pontífice se reunirá con el presidente italiano, Giorgio Napolitano. El del domingo que viene será el último Angelus, y el miércoles 27 el Papa se despedirá de los fieles en la plaza de San Pedro en la última audiencia general. El jueves por la mañana tendrá un postrero encuentro con los cardenales, y a las 5 de la tarde abandonará el Vaticano en helicóptero con destino a la villa de Castel Gandolfo. Tres horas después, el papado de Benedicto XVI habrá pasado a la historia.

ACONDICIONAMIENTO Dos meses es el periodo que se prevé que pase el ya expapa en Castel Gandolfo, mientras duren las obras de acondicionamiento del monasterio vaticano en el que vivirá posteriormente. Habitualmente, los papas recién elegidos pasan unos días de reflexión en esa misma residencia, pero en esta ocasión no es probable que tras el cónclave el nuevo pontífice coincida con el anterior.

"Lo he hecho por el bien de la Iglesia, y también por el de mi sucesor", confió el sábado el Papa sobre su renuncia al primer ministro italiano en funciones, Mario Monti, en una reunión que ambos mantuvieron, según el diario Il Corriere della Sera . H

La expectación ante el sustituto es tremenda y las quinielas no dejan de reflejar varios nombres.