El temporal mantiene en alerta la costa gallega por fuertes vientos y olas con una altura que ayer rozaron los diez metros, sin causar, no obstante, incidentes destacables más allá de estropear algunas fiestas de carnaval que han tenido que ser aplazadas y daños de escasa entidad en el paseo marítimo coruñés. Esta provincia ha sido la más afectada a lo largo de la jornada por rachas de viento superiores a los 100 kilómetros por hora, que incluso han alcanzado los 134 kilómetros por hora en Punta Candieira, y olas de 9,5 metros de altura en Punta Langosteira.

La fuerza del mar provocó durante la noche olas de tal envergadura que en algún caso sobrepasaron la duna de la playa de Riazor en A Coruña y cubrieron la calzada de arena, lo que motivó el cierre de parte del paseo marítimo hasta las 11 de la mañana tanto a peatones como a la circulación de vehículos.

Los daños causados por el temporal han afectado a una docena de bancos del paseo, a la red semafórica y al alumbrado público, que también han tenido que ser reparados, además de mover algunas rocas. Ayer por la tarde se cerró parte del paseo marítimo a los viandantes, no así al tráfico, y también se prohibió la circulación de vehículos en la calle Rubine mientras se repara un socavón en la red de saneamiento. En el resto de Galicia tampoco se han registrado incidentes de gravedad. Las malas condiciones en el mar han impedido en muchos puertos que sus barcos pudieran salir a faenar.