Ya estamos todos, 37 hermandades, o casi, porque ya tiene el título de hermandad la del Parque Figueroa. En todo caso, a las 19.30 de ayer la hermandad Universitaria entraba en la Carrera Oficial. Coincidían los comentarios en resaltar que la luz del sol, que nunca le había dado al Cristo de la Síndone al haber procesionado siempre de noche el Jueves de Pasión, le sentaba maravillosamente. También había consenso en que quizá la cofradía ha perdido algo de intimidad (al menos hasta que volvía de noche, con una luz más acorde, a la iglesia del Juramento) al procesionar con su austero hábito franciscano entre una multitud que, en general, no sabe aún del carácter de la hermandad o del enorme valor, incluso científico, de la talla de Miñarro. Cosas de lo poco que los cordobeses han podido ver a la cofradía en estas condiciones. Aunque, como decía Enrique Jardiel Poncela, seguro que esto será "un defecto que se corrige con el tiempo".