Fue la noticia de ayer, el tema del día que, probablemente, tendrá una repercusión que vaya más allá de la inmediatez --por su presumible duración-- en esta Córdoba donde en mucho tiempo han predominado las maquetas y no han cuajado los proyectos que estas conllevaban --el más emblemático de todos, el que le conferiría una mayor entidad, el deseado y discutido Centro de Congresos en Miraflores o la adaptación del Parque Joyero para este menester--. Nos estamos refiriendo al proyecto que ayer dió a concocer la Junta de Andalucía sobre el futuro del actual Palacio de Congresos de la calle Torrijos, en pleno casco histórico y frente a la Mezquita, en el corazón del turismo.

La consejera de la Presidencia de la Junta de Andalucía anunció ayer en Córdoba que el Ejecutivo autonómico ampliará el referido Palacio de Congresos como una solución transitoria hasta que la ciudad pueda afrontar un proyecto de mayor envergadura.

Esta opción de urgencia se encuadra dentro de las pretensiones del empresariado cordobés de darle una salida inmediata al sector del turismo de congresos para revitalizarlo y adaptarlo a las actuales necesidades de este tipo de eventos sin más demoras.

Al mismo tiempo esta salida de urgencia abre un cauce por el que se huye de los excesos del primer proyecto y ataja las divergencias entre los distintos partidos y administraciones divididos entre Miraflores y el parque Joyero.

El asunto del futuro centro de congresos había entrado en un impasse de tantas incertidumbres como frustraciones que ni siquiera tenía reflejo en las partidas de los presupuestos Generales del Estado, ni en los proyectos de futuro de la Junta de Andalucía, que ya no mantenía en la agenda de sus preferencias esta idea, a la que le había retirado su compromiso económico una vez que el Ayuntamiento cambió por su cuenta el proyecto para el que incluso el Gobierno andaluz había adelantado parte de su aportación. .

En este atasco, en el que el Ayuntamiento apostaba por un centro de congresos y convenciones en el alejado Parque Joyero, y la oposición PSOE-IU, con el apoyo de la Junta, no apartaban sus ojos del primer proyecto de Miraflores, surge la iniciativa que la consejera de la Presidencia adelantó ayer y que zanja por el momento el conflicto, una vez que parece concitar por primera vez un consenso entre todas las voces que representan a la ciudad, aunque esta solución tenga el marchamo de ser algo urgente y transitorio.

Las reacciones favorables avalan este proyecto que tiene la ventaja inmediata de que Córdoba ensancha su espacio congresual con la urgencia que la crisis demanda y recupera un consenso institucional que no debería diluirse en tanto en cuanto la ciudad no consiga el definitivo Palacio de Congresos del siglo XXI al que no debe renunciar de ninguna de las maneras.