Está visto que nuestro Ayuntamiento desoye una y otra vez las quejas que expongo, como portavoz de muchos cordobeses, cada vez que se atenta contra ese inapreciable patrimonio que son los árboles en nuestra ciudad.

Ahora les ha tocado el turno a cuatro o cinco árboles muy frondosos situados detrás del edificio número 2 de la Avenida Manolete, que han sido talados con motivo de las obras para la construcción del Centro Cívico Poniente.

Examinado el sitio compruebo con estupor que para nada habrían estorbado estos árboles en la ejecución de la obra y que, si se hubiera querido, se podrían haber conservado si se hubiera tenido la necesaria sensibilidad de pensar que se podrían compaginar la obra y su conservación. Pero claro, era más fácil talarlos y se acabó. O bien haber intentado su trasplante a otro lugar.

Con este motivo me ha venido a la memoria la tala de numerosísimos ejemplares que ha sido efectuada en la Avenida Carlos III para la construcción del enlace subterráneo que se está ejecutando. Me cuesta creer que fuera necesario prescindir de tantos árboles.

Comprendo que algunos tendrían que ser sacrificados, pero no creo que tantos fueran necesarios.

Me gustaría que, siquiera por una vez, los responsables de la destrucción de nuestros árboles dieran explicación o algún razonamiento convincente del porqué se actúa así. Pero no, dan siempre la callada por respuesta, pienso que será porque algunas de sus actuaciones no tienen pies ni cabeza. Ejemplo: la calle Infanta Doña María en la barriada de Ciudad Jardín.

Manuel Huertos Rodríguez

Córdoba