Soy de Vallellano y no quiero que la alcaldesa borre mi historia. Ya está bien. Mi infancia son recuerdos... como decía Machado, y mis recuerdos son de los jardines de Vallellano, donde jugabamos al futbol, grandes y chicos, mientras llegaba el autobús. Si preguntamos a los vecinos de mi barrio si quieren eliminar el nombre de su calle, creo que a todos nos parecería como mutilar nuestro pasado. Las marcas mutan, se consolidan y van mucho más allá de sus fundadores, Vallellano es una avenida, Cañero un barrio y Cruz Conde donde nos llevaban de compras. Y ya está. Una comisión creada por la alcaldesa para juzgar a qué calles deciden ellos cambiarle el nombre, sin contar con el respaldo de las mayoría de los vecinos es una barbaridad. Este equipo municipal, al que se le llena la boca hablando de participación, está actuando contra la voluntad de sus vecinos, y si no, que lo pregunten en Cañero, Vallellano o Cruz Conde. Y para que se sepa y no se olvide, sin entrar en colores políticos, Cañero fue el que regaló miles y miles de metros a Córdoba, para que pudiera hacerse un barrio tras las inundaciones de 1947, en las que miles de cordobeses desfavorecidos se habían quedado sin techo. Vallellano uno de los ministros que más inversión dispuso para Córdoba, y Cruz Conde el apellido de la familia que transformó la Córdoba del siglo XX. Ya está bien de actuar presuntamente para el pueblo pero sin el pueblo. Déjense de fastidiar a los vecinos cambiándoles el nombre de sus calles y límpienlas, que están de pena.

* Abogado @MarianoAguayo