Por más que busco, no encuentro en qué categoría se han enfrentado el filipino Manny Pacquiao y el norteamericano Floyd Mayweather, así que pongamos que ha sido en la de pesos pesados, por la resonancia mediática. Para los combates de la vida uno ya viene marcado con la estrella del triunfo o del abismo desde la cuna: Mayweather significa tiempo (atmosférico) de mayo, o sea, buen tiempo, buen clima, un rollito agradable, por lo cual la conjunción astral la tenía a su favor en este mes; en cambio, Pacquiao no significa nada en tagalo, según el traductor de Google. Pese a ello, los entendidos dicen que el auténtico vencedor ha sido el filipino, a quien en su país lo han hecho congresista y le han dado el título de Campeón del Pueblo. Aquí tenemos una Princesa del Pueblo pero afortunadamente aún no la han hecho congresista ni princesa de verdad, pero no sé qué pasaría si se presentara a las elecciones cuando toque república. En el combate Monedero versus Iglesias, la mayoría dice también que Monedero es el que vale, quien lo ha hecho todo, el listo, el Zipi, la Leovigilda de las hermanas Gilda, el Alfonso Guerra del perroflautismo, mientras que Iglesias es Zape, Hermenegilda, Felipe; pero a la larga son los segundos los que acaban dirigiendo al pueblo a la plaza de la Revolución para que vean cómo decapitan al listo, a Robespierre. Pacquiao pide la revancha convencido de ser el ganador, a Monedero le dice Iglesias que se conforme con volar, y aquél se lo ha tomado como que le van a poner una bomba en vez de un Red Bull, que da alas. De momento que no le dé la espalda a un Ramón Mercader con piolet.

* Profesor