Si, como dicen, el mayor capital que uno puede tener no se mide en dinero, sino en amigos, Aurelio Teno sigue siendo millonario después de muerto, lo que ya tiene mérito en una Córdoba tan dada al olvido hasta con los vivos. Casi en torno a su féretro, aquel triste día de febrero del 2013 en que el artista más universal que ha dado esta tierra emprendió el vuelo definitivo, un grupo de incondicionales decidieron trabajar para transmitir su legado y no dejar que se lo tragara la desmemoria. Lo hicieron rápida y eficazmente, y así surgió el denominado Año Teno, que es este 2014 que nos ocupa, consagrado a recordar una rica y amplia obra (Teno estuvo trabajando hasta el último suspiro) en todas sus facetas.

A los leales de siempre como José María Palencia, director del Museo de Bellas Artes y biógrafo del genio de Los Pedroches, Julio Alcántara, Rafael Ramírez y Cristóbal Cordero, comisario de las exposiciones, se unieron representantes de instituciones como la Junta, el Ayuntamiento de Pozoblanco --actual propietario del antiguo monasterio de Pedrique, donde Teno encontró hogar e inspiración--, la Universidad y Cajasur. Y aquel proyecto nacido de la emoción se hizo pronto realidad ante la complacencia de la familia del escultor, que viene cediendo la mayor parte de los fondos que nutren el ciclo de las exposiciones, a cual más deslumbrante.

Primero pudo disfrutarse el Teno Monumental , reflejo de las grandes estatuas cargadas de ímpetu que sembró por el mundo, en la galería del Cardenal Salazar y en la Diputación. Después, en la Fiesta de los Patios, algunos de estos recintos quedaron salpicados por sus piezas más delicadas, siempre con la naturaleza como argumento y materia prima. A ello han seguido muestras espléndidas como la de sus Quijotes, tan unidos a Teno en lo artístico y lo personal, en el Bellas Artes; o la que estará expuesta hasta el 9 de noviembre en la galería porticada del Patio de los Naranjos, sobre arte sacro. Esta última, que tiene tanto de desgarro como de aliento sublime, tan propios de su obra, se ha hecho coincidir en espacio y tiempo con las piezas de arte procedentes de 44 conventos de la provincia que exhibe el Cabildo en la Mezquita-Catedral. Y realmente la suma de ambas muestras, entre el misticismo y la riqueza patrimonial, es de las que hacen historia.

Como la hará la exposición de piezas dedicadas a la tauromaquia que reúne desde ayer y hasta el 6 de enero el Museo Taurino, algo mágico y desbordante de fuerza primaria, como todo en Teno, tal como destaca Mercedes Valverde, directora de los museos municipales. Habrá todavía otra oportunidad de recordar, en el Palacio de Viana, las joyas y piezas de orfebrería de quien pasaba sin esfuerzo de lo colosal a lo menudo. Y hasta teatro, de la mano de la Asociación de Amigos de los Museos, se prepara para el 5 de noviembre en el Círculo de la Amistad, como un acto más de los que la entidad celebrará con motivo de su 160 aniversario. Se trata del estreno en España de la obra Dulcinea toma la palabra , y para poder pagar a su autora y protagonista, la actriz Valle Hidalgo, se rifará entre el público una carpeta de grabados en torno al monumento al Quijote de Washington. Como se ve la amistad puede mover montañas.