La adolescencia es esa etapa de la vida en la que todo les rebela, les subleva y hasta les enfada y creo que porque perciben que ya no forman parte de la dulce niñez que vivieron y el futuro se les antoja, imagino, difícil y lejano ¡Se acabó de golpe la tarta y ahora vienen las espinacas!

Seamos sinceros, a nosotros nos pasaba igual, si mirabas hacia detrás veías un pasado ya irreal y si mirabas hacia delante lo veías todo incierto y lejano, así que solo quedaba protestar aquel presente. Todo sobra, nada satisface, y los padres somos el peor enemigo... es así, sin más. "¿Donde vas? A ningún sitio. ¿Con quién has estado ? Con nadie. ¿Que te pasa? Nada".

Por eso creo que esa montaña rusa de la vida llena de subidas y bajadas y contradicciones hay que dejar con paciencia que termine y, mientras tanto, afrontarla con sentido común (eso siempre), con memoria, entusiasmo, generosidad y alegría, pero también con firmeza. La falta de autoridad desde hace tiempo ha hecho que nos enfrentemos a adolescentes sin reglas, con comportamientos poco deseables, haciéndolos responsables a ellos, cuando los auténticos responsables somos nosotros, pues la educación está en manos de quienes ejercemos sobre ellos la patria potestad. Mi Mandy, el amor de mi vida, la que llegó cuando no la esperaban, la que me mira de soslayo, a la que esperaré al pie de la montaña rusa, la que me conecta en mi irreversible madurez con la adolescencia del mundo, acaba de cumplir 15 años...

!Felicidades, mi reina, yo también te quiero!

* Abogada