Mayor «unidad de acción» entre todas las cooperativas del marco Montilla-Moriles para potenciar la rentabilidad del sector del vino. Ese es el objetivo que se ha marcado la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía para tratar de adaptar el cooperativismo vitivinícola a las actuales exigencias del mercado y, de este modo, garantizar su viabilidad económica.

Con este objetivo, el responsable provincial de Agricultura, Francisco Zurera, convocó en la Oficina Comarcal Agraria de Montilla una reunión con los responsables de las ocho cooperativas que operan en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles: La Unión y La Aurora en Montilla; Jesús Nazareno en Baena; La Purísima en Puente Genil; San Jerónimo y Nuestra Señora del Rosario en Moriles; San Acacio en Montemayor; y la Cooperativa Vitivinícola Local en Aguilar de la Frontera.

«En los últimos cinco años, las cooperativas han elaborado de media el 75 por ciento de vino amparado por la DOP Montilla-Moriles, lo que da cuenta de la importancia que este sector tiene para el conjunto de la comarca», recalcó Francisco Zurera, quien no obstante reconoció que existen algunas cooperativas en la zona que molturan partidas de uva muy pequeñas, lo que hace complicada su rentabilidad.

Por ello, el titular de Agricultura abogó por «adaptar el cooperativismo» a las actuales exigencias del mercado. «Hace falta más comunicación, un mayor asesoramiento técnico y una mayor profesionalización», defendió Francisco Zurera ante los responsables de las cooperativas del marco Montilla-Moriles, toda vez que se mostró convencido de que una labor de «comercialización conjunta» sería «tremendamente positivo para el sector».

«Tenemos que abrir nuevas líneas de colaboración y de comunicación porque la unión hace la fuerza», señaló el delegado de Agricultura, quien manifestó la necesidad de «abundar» en la concentración de la oferta de sectores como el del aceite de oliva o el de los cereales, donde todavía no se han registrado avances.

«Las cooperativas deben emprender caminos de colaboración que les permitan ahorrar costes, seguir manteniendo la calidad y apostar por una comercialización conjunta, ya que en el año 2016 no se puede entender que el sector del vino no esté unido y cada entidad vaya por su lado», añadió Francisco Zurera, que resaltó experiencias como las de Covap, la cooperativa alimentaria de segundo grado Dcoop o Almazaras de la Subbética.

«Si el cooperativismo no existiera, habría que inventarlo; pero, eso sí, un cooperativismo adaptado al año 2016», destacó Zurera, quien hizo «un llamamiento al sentido común y a la lógica» para que el sector cooperativista del marco Montilla-Moriles «aúne esfuerzos» para reducir costes de producción e incrementar los volúmenes de ventas.

Por último, el delegado de Agricultura defendió la «sostenibilidad del mundo del vino» en el marco Montilla-Moriles, un reto que, según defendió, «afecta a todos los protagonistas de la cadena de valor: desde el viticultor hasta el bodeguero, pasando por elaboradores y cooperativas».