Tras 8 temporadas consecutivas en el grupo IV de Segunda B, el Lucena CF se ha visto abocado al descenso a Tercera División merced a una penosa gestión en los despachos de los inversores madrileños Eduardo Bouzón y Javier Martí, que ha generado un gran malestar, toda vez que se adeudan 6 mensualidades y las perspectivas de cobro son realmente negras. El fantasma del descenso administrativo a Primera Andaluza por impagos se cierne sobre la entidad fundada en 1.968, si antes del 30 de junio no se regularizan las deudas, lo que tal vez supondría su desaparición. Sin ninguna gestión económica y marketing, en el área deportiva las cosas no han podido ir mejores, a pesar de que hasta la penúltima jornada hubo opciones claras de permanencia.

Con un presupuesto para jugadores y cuerpo técnico de tan sólo 150.000 euros para toda la temporada, cogió las riendas deportivas del club el entrenador albaceteño Juan Arsenal, sin experiencia en la categoría, aunque con buenas sensaciones en distintos equipos de Tercera. En agosto ya abandonaba la nave lucentinista el intermediario cordobés Víctor Vico, llamado a ser el director deportivo, por desavenencias con Javier Martí.

La etapa de Arsenal se inició con un duro varapalo en la Copa Federación, donde fue vapuleado por un equipo de Tercera, el San Fernando, en tanto que en la liga las cosas tampoco le rodaron muy bien, de ahí que fuese cesado en la 15 jornada tras ser goleado por el campeón, el Cádiz, en el Ramón de Carranza (3-0). La salida de Arsenal dio lugar a la contratación de Serafín Gil, que vino arropado por el ex jugador internacional Goyo Fonseca. Con Gil, el Lucena llegó a salir de los puestos de descenso, pero no había dinero ni para atender el desplazamiento, de ahí una mala racha de resultados, que le puso en jaque definitivamente. Para las últimas cinco jornadas, Martí apostó por Rafael Carrillo Falete , gestor de la mejor época del club en Segunda B con dos promociones de ascenso a Segunda A y tres participaciones en Copa del Rey, que hasta ese momento dirigía al filial, el Ciudad de Lucena, con gran éxito.