Como si de una montaña rusa se tratara. Los electores holandeses, que acudirán hoy por segunda vez en ocho meses a las urnas para elegir Gobierno, se han movido masivamente en las últimas semanas de izquierda a derecha en sus preferencia políticas. Se trata de un vuelco inesperado que permite entrever para esta noche un desenlace de infarto, con un posible vencedor de tan sólo 39 años llamado Wouter Bos, el líder de los socialdemócratas.

Los votantes holandeses están desconcertados. Mientras que en mayo del año pasado, casi un 20% se refugió en el voto de protesta a la lista populista y extremista de Pim Fortuyn (LPF), ahora no parecen tener claro a dónde dirigir su voto. Sólo una cosa está clara: el Gobierno más derechista de la historia holandesa con la coalición de la LPF, los democristianos (CDA) y los liberales (VVD) ha durado poco y no se repetirá.

EL GRAN PERDEDOR

Parece que la izquierda recogerá buena parte de los casi 26 escaños que posee la LPF, que se hundirá por completo. Fue precisamente el Partido Socialdemócrata (PvdA) el gran perdedor del año pasado. Las clases bajas, que viven en los barrios más humildes de las ciudades y eran tradicionales votantes de la izquierda, se dejaron seducir por las ideas derechistas de la LPF acerca de la inmigración.

Pero el PvdA ha cambiado su discurso y se ha atrevido a hablar públicamente de integración, ya que un 10% de la población es extranjera y en algunos barrios, este porcentaje se eleva por encima del 75%. El gran acierto del partido ha sido nombrar como líder a Bos, un economista de centroizquierda, que en las últimas semanas ha arrasado en las encuestas.

Los vaivenes de los votantes son vertiginosos. El 3 de enero, el PvdA estaba en las encuestas a 29 escaños, seis más de los que posee actualmente. Pero, tras ganar casi todos los debates en televisión, Bos ha llevado a su partido a 42 escaños en la última encuesta, publicada ayer. Así las cosas, superaría incluso a los democristianos del primer ministro Jan-Peter Balkenende, el partido con mayor representación (43 escaños) y a quien hace dos semanas los sondeos le otorgaban 52 escaños. Ayer, el CDA cayó a 40, por lo que la batalla entre el centro y la izquierda promete ser reñida.