el pueblo de Carcabuey se encuentra rodeado de sierras y mogotes calizos de tamaño reducido, separados por valles donde prolifera una exuberante vegetación. Las laderas de estas sierras se cubren de olivos que trepan hasta cotas bastantes altas, aunque en las cimas sobrevive, asombrosamente, alguna mancha de vegetación natural. Por los valles fluyen arroyos ocultos por un dosel vegetal de membrillos, que cuando el relieve se suaviza, amplían sus dominios conformando frondosos y verdes bosquecillos.

Encontramos también retazos de un cultivo hoy extinto, pero que tuvo cierta importancia hasta épocas más o menos recientes. En muchos lindazos, pero también formando poblaciones continuas, se descubren manchas de zumaque (Rhus coriaria), un arbusto ramoso, con hojas compuestas y fruto de color pardo rojizo, aplastado y lenticular, del tamaño de un guisante y densamente erizado de pequeños pelillos.

En la ladera oriental de Puerto Escaño, concretamente en el cerro de la Luca, muy cerca de Carcabuey, encontramos una importante mancha de zumaque, que constituye una buena representación de este abandonado cultivo. Al aficionado al senderismo le interesa identificar esta planta, ya que también se ha empleado como remedio a las ampollas de los pies; para ello, los frutos tiernos se metían en los zapatos, y «aunque a uno se le ponen los pies negros», alivian el dolor y resuelven la ampolla.

Merece la pena subir hasta Puerto Escaño para disfrutar no sólo del cromatismo que imprime al paisaje los colores rojizos del zumaque, que por estas fechas empiezan a adornar muchos otros rincones de la Subbética, sino también para recrearse con las espléndidas vistas que nos regala este curioso monte. Puerto Escaño muestra una hendidura en su cima, una especie de muesca que separa dos prominentes cerros que rondan los 1.000 metros de altitud, conocidos como La Luca y la Algaida, permitiendo cruzar de una vertiente a otra, lo que sin lugar a dudas ha determinado el apelativo de «puerto» que recibe este monte en su conjunto.

La Mancomunidad de la Subbética ha señalizado un sendero, S4, que atraviesa por puerto Escaño partiendo y finalizando en el mismo pueblo de Carcabuey. Desde Carcabuey hay que llegar a la fuente del Castillejo, siguiendo la colada del mismo nombre, con la que enlazamos desde la carretera de acceso a Carcabuey (CO-7209). Se trata de un camino sin asfaltar que en prolongado ascenso nos lleva al renombrado manantial, que es también abrevadero y descansadero de ganado. El manantial está delimitado por un muro de contención de tierras de mampostería, que lo rodea por sus cuatro lados, formando una especie de laguna a la que se accede por medio de unos peldaños situados en el lado este del conjunto. Hasta esta fuente podemos llegar directamente desde Carcabuey por el sendero del Carmen, que parte desde la calle Cuesta Centella y atraviesa el arroyo del Pontón.

A unos 1200 metros de la fuente, siguiendo la colada, debemos tomar un desvío que asciende directamente hacia Puerto Escaño, siguiendo las marcas amarillas y blancas, por un paisaje de olivar que va siendo sustituido por vegetación natural: lentisco, romero, cornicabra, matagallo, espino majuelo, algunas encinas y, sobre todo, gran cantidad de plantas aromáticas, como mejorana, tomillo y menta. Esta última crece abundantemente en las cercanías de una fuente que encontramos antes de coronar el puerto, a 845 metros de altitud. Este manantial debe estar relacionado con los pequeños afloramientos de rocas calizas nodulosas jurásicas que afloran en esta zona. En Puerto Escaño crece también una de las plantas de mayor atractivo científico de Andalucía, Merendera androcymbioides, que crece en lugares abiertos sobre materiales calcáreos más o menos pedregosos y claros de matorral. Esta delicada merendera es endémica de nuestra región y únicamente ha sido detectada su presencia en las provincias de Cádiz (Grazalema), Málaga, Córdoba (Subbéticas), y Jaén.