continuando con la vereda del camino de Cabra a Priego, en su descenso por el valle de Valdecañas, conectamos con un tramo abandonado del carril de Palojo, camino trazado por la Diputación (CP-94) que permite llegar hasta el cortijo del mismo nombre. Si se continúa hasta el portezuelo de Palojo, se pueden contemplar unas interesantes panorámicas de los relieves de Gallinera y Sierra Gaena, sierras calizas que sobresalen sobre un mar de margas y olivares, en un terreno algo movido por los pequeños cursos de agua que dan inicio al río Anzur.

Atraviesa la vereda al otro lado de la carretera A-339 para continuar siguiendo el curso del arroyo de la Losilla por los llanos de la Algaida. Por la derecha se le une la colada de la fuente del Castillejo, por la que se puede acceder a este abrevadero y descansadero de ganado. Se vuelve a unir a la carretera A-339 para introducirse por el Portazgo, estrechamiento entre la Sierrezuela y el cerrajón del Castillejo.

En el kilómetro 14 se incorpora por la izquierda la colada del Camino de Doña Mencía a Carcabuey, que desciende desde el Navazuelo convertida en una pista con categoría de carretera provincial (CP-100). Al inicio del camino se localizan los sondeos surgentes del Palancar. Junto al puente que cruza el río Palancar sorprende ver dos orificios junto al muro de contención de la margen izquierda, de los cuales fluye el agua permanentemente, con un caudal medio cercano a los 10 litros por segundo. Dicho flujo procede de dos perforaciones verticales realizadas en el año 1962 en la traza actual de la carretera. Los sondeos artesianos han actuado como una nueva surgencia del acuífero perforado, constituido por calizas dolomíticas del Triásico superior. Aunque el caudal varía en función de las precipitaciones anuales, el flujo no se interrumpe ni en los años más secos, proporcionando un caudal mínimo de estiaje al río Palancar.

Pasada la estación de Servicio de la Zamora, se desgajan de la vereda otras dos vías pecuarias: hacia al norte se inicia la colada del Cerval; y hacia el sur hace lo propio la colada del Palancar. Ésta última es una reducida vía pecuaria, de tan sólo 300 metros, que servía para conectar la vereda del camino de Cabra a Priego con el abrevadero de la fuente del Palancar. Se trata de una zona donde se localizan varias pequeñas surgencias dispersas, acondicionada como área recreativa, muy frecuentada los fines de semana, situada en la antigua carretera de Cabra a Priego, a la que se accede desde la carretera CO-7209 (está indicado). Las aguas van a parar al río Palancar, rodeado de un magnífico bosque de ribera, que, a partir de aquí, se acompañará de cultivos de membrillos.

En los márgenes umbríos del río Palancar, sobre suelos margosos y junto a estos cultivos de membrillos, se ha localizado una población de Narcissus bugei, endemismo ibérico andaluz descubierto en la Nava de Cabra, del que se están describiendo actualmente nuevas poblaciones, más o menos numerosas, dispersas en el sector subbético (Córdoba y Jaén) y sector rondeño (Sierra de las Nieves, Málaga). Su especificidad de hábitat y sensibilidad a sequías le hace especialmente vulnerable ante la acción del ganado o polución de aguas y suelos. El soto del río Palancar constituye el refugio de numerosas aves, como ruiseñores, currucas, zarceros, mosquiteros, oropéndolas y escribanos soteños y hortelanos. Entre los mamíferos se encuentran la comadreja, la gineta, el turón, la rata de agua, la musaraña, la musarañita y el musgaño de Cabrera (Neomys anomalus), que presenta en esta comarca su límite de distribución más meridional del mundo. Este pequeño mamífero habita zonas montañosas donde los cauces fluviales presentan una alta calidad ecológica, de manera que lo podemos considerar como un indicador biológico de buena salud fluvial.