El Gobierno actuará «con la máxima contundencia» para que los ataques y actos vandálicos contra el sector turístico no se repitan «ni un día más». Los sabotajes contra intereses turísticos en Barcelona, Baleares, Valencia y que ya amenazan la Semana Grande de San Sebastián están muy ligados a movimientos juveniles independentistas. En Cataluña, las organizaciones Arran y Endavant, que forman parte de la CUP, se han responsabilizado de estas acciones. Mientras que en el País Vasco son las juventudes radicales de Sortu las que se han sumado a esta campaña radical.

El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital se ha puesto en contacto con los de Interior y Justicia. El ministro de Energía, Álvaro Nadal ha explicado, en declaraciones a Efe, que la Abogacía del Estado estudia la posibilidad de personarse en defensa de los trabajadores, de las empresas y del sector turístico. El objetivo, según el titular de Turismo, es analizar hasta dónde se puede instar a la Fiscalía para que actúe contra quienes han perpetrado esos actos y contra las organizaciones que los promueven. «Hay que actuar con la máxima contundencia», añade.

Además, se ha abierto «una célula de crisis» en el seno de Turespaña para comprobar la repercusión en otros países.

REUNIONES URGENTES / Nadal recuerda que cada administración debe actuar en el ámbito de sus competencias, e igual que el Gobierno ha puesto en marcha un dispositivo con la Guardia Civil y la Policía para investigar estas actuaciones, las autoridades catalanas y vascas, que tienen competencias en materia de Interior, deberían hacer algo parecido.

La comisión de Presidencia y Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona se reunirá mañana con carácter extraordinario para analizar la situación.

Numerosos responsables autonómicos y locales y representantes de empresas y sindicatos han condenado la turismofobia.

Ayer, el PNV exigió a Sortu que abandone la «demagogia» en el asunto del turismo y que «deje de reírle las gracias» a las juventudes de su formación que han iniciado una campaña en contra de esta actividad económica.

El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, criticó a aquellos partidos políticos que «no condenan sus actos vandálicos», en referencia a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Maíllo, que asistió ayer a un acto del partido en Alicante, advirtió de que «se comienza tirando confeti como en Baleares y se acaba quemando autobuses como la kale borroka, como pasó en su momento en el País Vasco».

También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ligó la turismofobia con «la extrema izquierda», que ataca la «gran fuente de ingresos que es para España el turismo».

Por su parte, la CUP catalana (donde Arran es uno de los votos del grupo de acción parlarmentaria, GAP) ha apoyado en un comunicado a Arran. Pero no todos sus diputados aplauden, por ejemplo, lo sucedido con el ataque a un bus turístico en Barcelona el pasado 27 de julio. Uno de ellos se quejaba esta semana en privado: «No vale todo».

También el coordinador de diputados y senadores del PDeCAT, Jordi Xuclà, censuró ayer estos «actos vandálicos» e invitó a la CUP a no dar argumentos a quienes «caricaturizan» Cataluña y cuestionan la convivencia a raíz del proceso soberanista. Asimismo, consideró que el ataque al autobús turístico de Barcelona hay que llevarlo a los tribunales.

El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, condenó los ataques, pero pidió que «un incidente de tres o cuatro personas» no se utilice para «contaminar» el proceso independentista. Los que «anhelan» que el proceso sea violento, «se van a quedar con las ganas», recalcó en La Sexta.