A través de la educación Cívica se pretende que los alumnos adquieran las normas de convivencia, los valores sociales y los hábitos de autonomía personal que les permitan madurar en su autogobierno y participar en su medio social de forma libre y responsable. Los comportamientos sociales, como todos los hábitos, sólo se adquieren a través de una metodología basada en el diálogo y la participación en experiencias compartidas, en las que los pequeños ciudadanos, en edad de aprender, pongan en práctica la autodirección de su vida y los hábitos de convivencia social; los contenidos de la formación cívica son, prioritariamente, de carácter actitudinal y procedimental, por lo que los valores y normas de comportamiento social deben adquirirse de forma estable y permanente a lo largo de toda la educación básica.

La inclusión en el currículo escolar de los objetivos, contenidos y metodología para la formación del ciudadano ha estado marcada por la ideología de los gobiernos que han elaborado las tres últimas leyes de educación; así, en la Ley de Educación de 1970, los hábitos de socialización y convivencia se incluían dentro de las materias de estudio como contenidos conceptuales que los alumnos debían de aprender, sin tener consideración ni las actitudes ni los procedimientos correspondientes; el énfasis se ponía en la adquisición de contenidos, llenar cabezas, y no en la formación de la personalidad social: autogobierno personal y participación social.

La formación cívica adquiere carta de naturaleza en el currículo con la Logse, la primera ley constitucional que reconoce una moral y una ética de carácter laico basada en los Derechos Humanos, que opta por una educación en valores vivencial y práctica. La introducción en el currículo de la enseñanza básica de los temas transversales como contenidos curriculares específicos de la educación Cívica y desligados del resto de las áreas, constituye un progreso muy significativo en la formación de los futuros ciudadanos; a través del contenido curricular de estos temas se pretende acercar la escuela a la vida y viceversa y que los alumnos aprendan a ser ciudadanos, ejerciendo como tales, pues su metodología se basa en el diálogo, la vivenciación de la experiencia personal y la participación libre y responsable en las actividades de aula y del centro.

Los contenidos de los temas transversales se concretan en aquellos valores, normas de convivencia, actitudes y hábitos sociales que deben poseer los ciudadanos de nuestro tiempo y, entre los que cabe destacar: la igualdad real de sexos, la coeducación, la tolerancia, el diálogo, la empatía, la cooperación, la solidaridad, la autoestima, el autogobierno personal, la sinceridad, la reflexión ética, el consumo responsable, la paz, la conservación del medio ambiente; la interculturalidad, la participación social, etc. Estos contenidos deben impregnar toda la actividad educativa y deben ser enseñados por todos los docentes de la educación básica, pues los ciudadanos adultos deben enseñar a los aprendices de ciudadanos a través de una metodología activa y participativa cuyas técnicas son: el diálogo, el debate, el análisis de casos, el dilema moral, las asambleas de clase, el análisis de textos, el periódico escolar, la lectura de imágenes, las actividades de participación en el medio, la dinámica de grupos, etc.

Durante los diez años de vigencia de la ley, el currículo de la transversalidad ha contribuido de manera eficaz a la formación de los ciudadanos en edad de aprender y al desarrollo de la educación Cívica; la transversalidad, tal vez sea el mayor acierto de la Logse junto con la ampliación de la escuela comprensiva hasta los dieciséis años.

En el currículo de mínimos de la LOCE, en principio, no aparecen los temas transversales, algunos objetivos de la educación Cívica se incluyen como contenidos conceptuales de las materias de enseñanza, el valor que se resalta es el esfuerzo individual y se obliga a todos los alumnos a estudiar religión o historia de las religiones.

Esperemos a su desarrollo posterior, para analizarlo desde la perspectiva de una educación Cívica basada en los Derechos Humanos y en una ética y una moral laicas.