Cualquier cosa que se pueda decir se puede incluir en el epígrafe de «mal perdedor». Pero lo cierto es que Montilivi, a pesar de su hospitalidad y de la disposición de los que trabajan allí, tiene una zona de prensa que no es acorde a la categoría en la que milita, Segunda, hasta al menos el próximo sábado. No digamos ya en Primera. Compañeros encima de los techos de las cabinas a los que había que subir por una escalera empotrada en la pared, conexiones que no van... Ojalá se pueda arreglar en el futuro, aunque no se logre el ascenso a Primera. Un ascenso, ya se comentaba en la previa, que no parecía vivirse en la ciudad. Lo más parecido a ese apoyo se vivió en Can Ribot, un restaurante --altamente recomendable-- que más bien es una casa, la del que la visita. Ahí se podía hablar del Girona, de jugadores, de técnicos actuales y anteriores. Una gozada. Allí ya se reconocía que el lleno en Montilivi atraería a «tres o cuatro mil» no habituales. De ahí que al final de los 90 minutos reglamentarios hubiera entre el público gerundense algunos que preguntaban: «¿Ya estamos clasificados?». Los más habituales tenían que aclarárselo, e incluso advertirles de que un solo gol de los andaluces les dejaban fuera de la pelea. Pero lo cierto es que la animación funcionó. También la cordobesista. Apenas un centenar, pero se hicieron notar, como siempre. Algo que quiso agradecer especialmente Oltra, que fue dando ánimos a sus jugadores mientras cruzaba el campo hasta donde estaban los seguidores para agradecerles el apoyo. Un respaldo que bien necesitaban no ya sólo los jugadores del Córdoba, sino miembros de la expedición blanquiverde, entre los que hubo alguna lágrima. Trabajadores, al igual que los que están en el campo, que merecen igualdad de esfuerzo en todos los escalafones del club, no sólo por parte de los de abajo y de los que saltan al césped.

Porque pocas ciudades viven el fútbol como Córdoba, que fue apeada del sueño de Primera por otra ciudad en la que se vive esto de manera muy diferente. Y sin señalar absurdamente quién siente o no.