Los números están ahí. El Córdoba defendía el liderato en Montilivi y lo mantuvo, a tan sólo dos jornadas del parón invernal, en un partido en el que si se eliminan las imágenes de los goles, los tres, y te quedas tan sólo con el fútbol visto, posiblemente la mayoría no acertaría el resultado final. Pero, al fin y al cabo, son 30 puntos en 16 jornadas, es decir, una proyección de casi 80 que, en esta Liga, no sólo da para ascender, sino para ser campeón de manera holgada. Lo cierto es que este Córdoba, incluso de esta arriesgada manera, ya ha demostrado que es capaz. Más allá del esfuerzo de jugadores y de cuerpo técnico, siempre resaltado desde el inicio del campeonato, el Girona fue el que puso el fútbol ayer, también el mayor número de ocasiones, pero la capacidad anotadora de este Córdoba no tiene parangón en la categoría. Y, de remate, ayer volvió a aparecer otro elemento, que ya en el pasado ha salvado en más de una ocasión. Decía Galeano que "el portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo. Cuando un jugador cualquiera comete un penal, el castigado es él: allí lo dejan, abandonado ante su verdugo, en la inmensidad de la valla vacía. Y cuando el equipo tiene una mala tarde, es él quien paga el pato, bajo una lluvia de pelotazos, expiando los pecados ajenos". Razak expió no pocos pecados ajenos sobre el verde de Montilivi y, además, habría que añadir que cuando el equipo gana, el portero sólo puede ser héroe a medias. La gloria, ya se sabe, es siempre para los delanteros. Pero la actuación de Razak en Montilivi fue sobresaliente, manteniendo al equipo dentro del partido hasta que aparecieron los cañones y también cuando se volvieron a guardar. No necesitaron los blanquiverdes seis años de guerra, apenas 10 minutos. El Girona disparó en más de una docena de ocasiones contra el ghanés. El Córdoba, menos de la mitad, seis, y todas en sólo 10 minutos, del 49 al 58; anotó dos goles, obligó otras dos a Becerra y dejó grogui durante un cuarto de hora al rival, que volvió a hacerse con el partido en el último cuarto de partido para toparse de nuevo con el ghanés.

La primera parte tuvo un solo dueño, el del campo. El Girona le ganó la partida al Córdoba por dentro (como otros rivales) y por fuera, lo que era una gran novedad. Tanto Aday como Clerc eran puñales por las bandas, acuchillando una y otra vez a Abel Moreno y a Dalmau. Por la derecha se echaba de menos el sacrificio de Pedro Ríos, mientras que por la izquierda no se podía exigir en exceso a la calidad de Fidel. Para colmo, también por dentro los ampurdaneses manejaban con criterio el partido con la tripleta formada por Pons, Granell, y sobre todo, Felipe Sanchón. A los ocho minutos ya avisaban los rojiblancos con un disparo de Kiko Olivas que obligó a Razak. Si los visitantes lograban momentáneamente blindar por dentro, los locales buscaban las bandas o los balones largos, lo que obligaba a los de Oltra a trabajar en demasía, a correr siempre detrás del balón, centro del problema. Con él, aunque no sea para tener una idea clara, se logra que el enemigo no pueda hacer daño, sobre todo si éste sabe qué hacer con él. Así, el Córdoba no conseguía recuperar y el Girona se sentía más que cómodo. Aday lo probó incluso a balón parado (11'), igual que Granell (20'), pero el martilleo de las bandas rojiblancas era constante y Jairo (25') volvía a avisar tras pase de Aday. Oltra ponía a calentar a Pedro Ríos y Markovic viendo que el equipo no remontaba tras un taconazo de Sobrino en el área pequeña que murió en un paradón de Razak (29'). La única noticia del Córdoba en ataque, una subida de Abel Moreno con un disparo que pareció más bien un centro. Al menos se le vio casta al chaval en esa tormenta rojiblanca que dio paso, nada más volver de vestuarios, al ciclón blanquiverde. Tras un disparo lejano de Luso que despejó bien Becerra, llegó la primera ocasión clara blanquiverde con un desajuste defensivo local que permitió a Fidel disparar, prácticamente solo, aunque algo escorado. Becerra despejó a córner y a la vuelta de éste, tras un robo de balón de Luso, el maño le puso el gol en el pie a Xisco, que se topó con el portero ampurdanés. El rechace lo recogió a Fidel, que aunque se encontró la cara de Kiko Olivas, logró anotar el primero. La primera efe apareció en Montilivi. Casi seguido, y de nuevo a la salida de un córner, Florin remataba de cabeza al segundo palo para sentenciar, en apenas cinco minutos, al Girona. La segunda efe se presentó en Montilivi.

Acusó el golpe el equipo de Machín y hubo calma tras esos 10 minutos en los que Oltra demostró que logró asentar al equipo tras la pobre primera parte. El problema, nada nuevo, es que en los cambios volvió a ganar el rival. El Girona se reactivó con Mata y, sobre todo, con Borja García. La prueba de la resurrección rojiblanca fue el balón que le puso Aday a Mata en el punto de penalti. El punta se revolvió y con todo a favor se topó de nuevo con Razak (71'). A partir de ahí y hasta el final el Girona insistió una y otra vez por medio de Clerc (72'), Alcalá (gol anulado justamente en el 82'), Borja García (83'), Sobrino (83'), Felipe Sanchón (84'), Mata (88') y Lejeune (90'), así como la de Felipe Sanchón, en el 86', que dio origen al penalti, dudoso, de Gálvez a Sobrino. Era la única manera en la que podía anotar el Girona, que vio surgir esa flor que en determinados momentos ha mostrado el Córdoba en esta temporada. La suerte (buena) es para el que la busca, dicen. Desde luego, el Córdoba la trabajó con ahínco, anoche en Montilivi, en donde apareció también la tercera efe.

Ficha técnica

Girona: Becerra; Aday, Kiko Olivas (Borja García, min.75), Alcalá, Lejeune, Clerc (Sebas Coris, min.75); Pere Pons, Granell, Felipe; Jairo (Mata, min.68); y Rubén Sobrino.

2 - Córdoba: Razak; Dalmau, Deivid, Rafa Gálvez, Abel Moreno; Nando (Ríos, min.63), Víctor Pérez, Luso, Fidel; Xisco (Markovic, min.75) y Andone (Raúl de Tomás, min.91).

Goles: 0-1, min.53: Fidel. 0-2, min.58: Andone. 1-2, min.87: Mata, de penalti.

Árbitro: Valentín Pizarro Gómez (comité madrileño.). Amonestó a los locales Jairo, Becerra, Kiko Olivas y Mata y a los visitantes Abel Moreno y Nando.

Incidencias: Partido correspondiente a la decimosexta jornada de la liga adelante en Montilivi ante 4.329 espectadores