Decía Gardel que 20 años no son nada y algo de verdad debe de haber en la letra de aquel tango porque dos décadas se han cumplido ya de la inauguración triunfal del estadio municipal de El Arcángel y sigue sin acabarse.

La condición de inacabado era la principal preocupación del arquitecto de la obra, Javier Ollero, quien recomendaba en la previa del encuentro inaugural que no se abriesen las puertas de El Nuevo Arcángel al "no reunirse las condiciones de seguridad". Hasta el domingo a las dos de la tarde era el plazo que el Ayuntamiento otorgó al Córdoba para garantizar la seguridad de los aficionados y "personas intervinientes".

Era el 7 de noviembre del 1993, el día de la inauguración oficiosa del estadio municipal. Tomaba como referencia el estadio San Nicola de Bari, construido con motivo del Mundial de fútbol del 92. El proyecto contemplaba 15.300 localidades y muchos defectos de serie, como la falta de respaldo en los asientos o los 85 centímetros de altura donde colgaban los pies de los espectadores en la primera fila del segundo anfiteatro. Estaba concebido como un espacio multifuncional, contemplando la práctica del atletismo. Tres taquillas se abrieron para la ocasión -con el condicionante de estar a casi dos metros del suelo- más cuatro que habilitaba el club. La entrada al estadio resultó complicada en la zona de preferencia y fondo norte por el retraso de las obras debido, en parte, a una gran tromba de agua que cayó sobre la ciudad en aquel noviembre.

El primer partido que se disputó en El Arcángel fue ante todo un histórico como el Recreativo. Las crónicas de la época hablaban de un triunfal estreno (4-0) ante 15.000 aficionados.