"Si es que no hay buenos jugadores", comentaba uno en el fondo norte para justificar su pesimismo. Otro, en tribuna, insistía una y otra vez, machaconamente, "desengáñate, este año, nada de nada. Y mejor que pase aburrido que otra cosa", remataba sin desvelar exactamente qué, como no queriendo llamar a la desgracia.

Entre comentarios de este u otro jugador, del entrenador, del club en general y sobre todo de "lo que nos espera en Zaragoza", pasó la previa del encuentro copero. "Eh, que hemos venido a ver el fútbol", decía uno, como recordando que aunque la Copa no interesa a nadie, un partido de fútbol es un partido de fútbol. La Copa es la Copa, aunque ya no mole.

"¿Dónde está la pelota, la pelota dónde está?", cantaba el fondo sur, principal centro de la crítica al palco, tanto contra el Alcorcón como anoche, cuando volvieron a preguntar a la zona noble "¿dónde están los millones, los millones dónde están?". Precisamente ese fondo sur en el que se ubica Brigadas es el objetivo de la LFP, que ha trasladado a Antiviolencia los cánticos que realizaron en el duelo ante los alfareros. Y es que tampoco corren buenos tiempos para los malos, ni tan siquiera para los malotes. Sobre todo si son disidentes con el discurso preestablecido.

Ese discurso, en el que hasta anoche no había ni una fisura, empezó a matizarse por parte del entrenador blanquiverde, José Luis Oltra. Esas dudas de casi todos sobre la configuración y calidad de la plantilla que palpa la grada, la afición, sobre todo si se pone enfrente el objetivo marcado por el club, tuvo ayer su primer matiz por parte del técnico. "Tenemos aspiraciones y no respondimos a casi nada. Con 0-0 acusamos mucho los golpes, la presión que tenemos, esa sensación que tenemos por el objetivo. Mientras que no nos alejemos de todo esto y nos centremos en cada partido... Porque no se puede decir que el equipo no aprieta, no va a por el partido", reivindicó Oltra. "A la hora de presionar no somos organizados ni vamos a una. Y a la hora de tocar somos excesivamente previsibles y lentos. Hay muchos aspectos que tenemos que corregir y mejorar", reconoció.

Anoche, la línea que separa a los buenos de los malos se hizo mucho más difusa.