Sin saber muy bien por qué cojo un camino diferente al de todos los días. Supongo que por salir de la rutina. Me meto por el centro, pese a la ausencia de carril bici, y llego desesperado por tener que esquivar a tanta gente.

Los caprichos de la luz.

Unas cabezas las quema y a otras las deja en sombra. Date la vuelta, mira la sierra, qué caprichos se forman en el cielo. Cada vez que el partido esté aburrido me daré la vuelta y la miraré.

Ya llevo 20 minutos.

Voy a tener un grave problema en la segunda parte, cuando se haga de noche y ya no tenga adonde mirar.

Las cosas increíbles. No acabaron hace quince días:

-- Stankevicius está siendo de los mejores.

Si les interesa el resultado y han leído la crónica de la página 44 sabrán que ya van 2-0, dos tiros. Yo no voy a decir que esto es increíble, porque es una palabra muy bonita y todo el mundo la repite, y va a perder el efecto.

Pero es que no está pasando nada. No sé cómo lo va a hacer mi compañero, el de la página 44, que tiene que rellenar diez columnas de crónica. Yo puedo hablar del cielo, y de que la gente canta ¡Oltra, Oltra! Y vale que se ha hecho de noche y se reducen mis opciones, pero es que él no puede salir del césped, y yo puedo empezar a desenvolver el bocadillo de jamón, y ya tengo dos líneas más, pero a él, después de describir los goles le seguirán quedando ocho columnas.

A ver si pasa algo.

Lo veo apuntar en el minuto 54 el primer tiro que no es gol.

-- Ahora me está entrando frío.

Se pone de pie y cruza los brazos. Nunca se pone de pie, ni en los goles ni cuando la gente se levanta y no ve. Debe tener bastante frío. O igual busca algo. Mira el móvil. Markovic le ha regalado un sombrero. Tres líneas más.

Mete las manos en los bolsillos. Si fuera aficionado se lo estaría pasando de cine. Todos cantando, chillando. Pero él, el pobre, de pie, buscando algo que llevarse a su minúscula libreta, que no va ni por la tercera página.

Lo que acaba de fallar el Nástic no creo que lo anote, imposible que se le olvide. Ríe, aún de pie. Ya escribe lo que sea, aunque el tiro se vaya a tres metros.

Tranquilo, compañero, Razak te va a dar otras pocas líneas: parada con el hombro, salida nefasta al córner, amarilla...

Consigue la cuarta página.

Yo ya lo tengo muy fácil, pero no quiero abusar del ¡Volveremos!, que estamos en octubre, y aún tiene que pasar el otoño, todo el invierno, el larguísimo invierno, y la primavera. Tendrá que llover, tendrá que hacer más frío, igual hasta nieva, que este año están pasando cosas muy increíbles, tendrá que volver el sol, y cuando todo eso pase, a lo mejor llega un día de junio en el que te falten líneas para tu crónica. Pero aún tiene que pasar mucho.

Mientras, ahí te dejo a los jugadores, eufóricos, hechos una piña, aunque eso tampoco es para ti. Yo ya tengo casi todo escrito, pero las pilas de la luz fundidas, así que me voy con mi chaleco reflectante por el camino de todos los días, que tampoco tengo más ganas de improvisar.

En fin, mucha suerte, compañero. Te leo mañana.