Según estudios realizados, el 45% de los hombres sufren más por su equipo que por su pareja. Los datos también nos dicen que la afición del Córdoba CF es una de la más fieles de España, en el puesto 15 con una media de 17.040 espectadores por partido (10/02/2015). ¿Qué grado de implicación y compromiso puede generar esta situación en el jugador? Ante la exigencia, quien da ese plus de más, ¿el jugador de la cantera? ¿El jugador fichado a principio de temporada? ¿El jugador cedido? ¿El jugador cedido en el mercado de invierno? Esta reflexión nos debería servir para analizar de cara al futuro a la hora de realizar un fichaje, en la que nos encontramos que los equipos que tienen más jugadores cedidos son los que ocupan los puestos más bajos en la tabla clasificatoria y el Córdoba CF uno de ellos con 14 jugadores. Hay tres inconvenientes con los jugadores cedidos (no con todos): la adaptación a corto plazo, el compromiso (genera convencimiento en la victoria y autoconfianza) y el sentimiento por la cultura del club. También es importante analizar al detalle, el ciclo de vida del jugador y la curva creciente, estable o decreciente. Sabemos que la madurez y la curva creciente la tiene el jugador desde los 23 hasta los 27 años, la estable hasta los 29 años y la curva decreciente hasta los 34 años, por eso a la hora de firmar un jugador hay que analizar estos conceptos y retazos de lo que es, lo que hace y lo que dice, y el Córdoba frente al Getafe, especialmente en el último tramo, no hizo, no fue y no dijo. Buena actitud pero pensó más con el corazón que con la cabeza, no supo administrar el marcador a favor, no fue dueño del partido y solo dio sensación de peligro más en acciones individuales que en transiciones elaboradas y juego colectivo. Insuficiente para un equipo que cada semana tiene que vivir como si fuera a morir mañana.