La inesperada rentabilidad de una operación que hace una semana ni se les pasaba por la cabeza, así como la confianza en que la sanción de la FIFA no será efectiva en el próximo mercado de verano y podrá fichar, llevó a los dirigentes del Atlético de Madrid a aceptar la oferta irrechazable del Guanzhou Evergrande chino por Jackson Martínez. El delantero colombiano viajó ayer hacia Guandong, donde tiene su sede su nuevo club, propiedad de una de las principales promotoras urbanísticas del gigante asiático, y deja en la caja rojiblanca nada menos que 42 millones de euros, siete más que lo que hubo que pagar al Oporto el verano pasado.

El dinero seguirá ahí de momento porque el Atlético no consiguió que el Chelsea cediera a sus pretensiones de reincorporar a Diego Costa, solicitud hecha por Diego Pablo Simeone en este mercado de invierno. Fue antes incluso de que asomara la propuesta china a través de Jorge Mendes, que en menos de siete meses ha engordado un poco más su cuenta corriente a costa de los traspasos del alicaído delantero colombiano. La entidad madrileña volverá a intentarlo para la temporada que viene.

El Chelsea no tragó con la proposición rojiblanca de un trueque por Costa más una cantidad en torno a los 20 millones de euros y Mendes se sacó de la manga a otro de sus representados, Radamel Falcao, que llegó incluso a desplazarse el lunes a la capital de España con la intención de firmar por el Atlético. Pero, según el Daily Telegraph, no superó las pruebas médicas a que fue sometido. Tras su penosa estancia en el United la temporada pasada, volvió al club londinense, donde está cedido por el Mónaco. Solo ha participado en nueve partidos y ha marcado un gol. No juega desde principios de octubre por sucesivas lesiones.

No han sido mucho mejores las prestaciones de Jackson Martínez en el Atlético, al que llegó después de marcar 92 goles en 133 partidos con el Oporto y tras haberse proclamado pichichi de la Liga portuguesa en tres ocasiones. Como rojiblanco no ha pasado de dos goles en 15 encuentros de Liga y uno en siete de Champions. Pese a ello, se marcha al Guanzhou para cinco años y cobrará en torno a nueve millones netos por temporada, más del doble que en el Atlético.

Todos contentos menos Simeone, quien, aunque no veía la manera de hacer explotar al colombiano y era consciente de su falta de adaptación, lo mismo que sus compañeros en el campo, consideraba un lujo prescindir de él sin un recambio de garantías.