Obra: 'Pregón'

Compañía: Vértebro Teatro.

Dirección: Juan Diego Calzada.

Creación e interpretación: Ángela López, Nazario Díaz y Juan Diego Calzada.

Lugar: Sala Polifemo del Góngora.

Lo que pudimos ver el pasado viernes en la Sala Polifemo del Teatro Góngora con el título de Pregón es una apuesta arriesgada de Vértebro que plantea ante el espectador una serie de cuestiones desde su visión personal de un hecho cualquiera. El sistema es sencillo: se toma una percepción y se trabaja sobre ella como si de un objeto de barro se tratara. Se deconstruye llevándolo hasta su esencia más pura, se reduce al absurdo y a partir de ahí se va buscando otra vía que nos lo haga presente buscando la respuesta del público que, como es lógico, es múltiple dependiendo de la percepción personal de cada quien.

En Pregón el texto es lo menos importante ya que todo gira alrededor del simbolismo, incluido el escaso texto que nos pone en antecedentes sobre lo que vamos a ver, un simbolismo vanguardista de pulso arrítmico para introducirnos en la esencia de la obra: la persona desde su sexo y su género.

Un pregón no es más que llevar al público algo que conviene que todos sepan. En este sentido, el montaje de unos 90 minutos de duración está dividido en tres partes bien diferenciadas. Una primera, cortita, en la que se explica en base a un texto el planteamiento: existe lo masculino y lo femenino, pero fuera de ello ¿qué hacer con los que no tienen pene, o testículos, o con aquellas que carecen de vagina? Parece que la respuesta es que todos tienen ano. En una segunda parte (de aproximadamente media hora) dos actores se dedican, sin decir palabra, al montaje de toda una parafernalia de cables, micrófonos, pies de micro, etc. en el espacio central habilitado para este menester. Aquí se nota un poco el teatro de la provocación y se puede deducir la búsqueda de la reacción del público que, por cierto, aguanta estoicamente.

En la tercera parte los tres actores completamente desnudos mezclan música, danza y ritmo sincopado bastante explícito y conceptual para desarrollar el discurso de la primera parte. A destacar el enorme trabajo físico de los actores que en este tercer acto no tienen un minuto de descanso para completar esta búsqueda simbólica representada en el uso de los micrófonos y llegar de esta manera a completar el círculo del fundamento de este pregón: el sexo, el género y la persona.

El teatro busca constantemente distintas formas para llevar su mensaje hasta el público, no debemos rasgarnos las vestiduras por que se utilice el desnudo integral para ello, nadie debe escandalizarse. Y realmente nadie lo hizo.